Los invitamos a conocer la conversación completa entre Josefina MacGregor y Javier Garciadiego.
Historia

Del liberalismo al anarquismo. Ricardo Flores Magón (1873-1922), centenario luctuoso. Conversación de Josefina MacGregor con Javier Garciadiego

Para recordar a Ricardo Flores Magón, cuyo centenario luctuoso marcó este 2022 en México, publicamos esta conversación entre los historiadores Josefina MacGregor y Javier Garciadiego. El ideólogo, periodista y luchador social fue siempre un crítico de las instituciones a la vez que reflexionaba sobre una mejor sociedad. Pasó la mitad de su vida en prisión por defender sus ideales, el último de los cuales fue la creación de una ciudad de la justicia y de la paz.


Por Javier Garciadiego
 

Javier Garciadiego (JG): Amigas y amigos lectores de la revista Liber, vamos a platicar con la doctora Josefina MacGregor –a quien le voy a decir Josefina ya que somos colegas y amigos desde hace mucho tiempo–, sobre Ricardo Flores Magón, personaje, sin lugar a dudas, importante en la Revolución mexicana y en las postrimerías del porfiriato, de quien se cumplió el centenario de su fallecimiento este 21 de noviembre. El presidente Andrés Manuel López Obrador declaró que 2022, en términos históricos, es el año de Ricardo Flores Magón. Me imagino que muchos mexicanos y mexicanas ven, constantemente, la imagen de Ricardo Flores Magón atrás del presidente, pero es probable que no sepan bien a bien quién fue. Sus primeras publicaciones fueron hechas por sus compañeros de grupo político. Luego recibió mucha atención de los historiadores de Baja California, allá en los años cincuenta o sesenta, por la famosa “incursión filibustera”[1]. Pero yo creo, Josefina, que el primer estudioso académico serio, fue tu maestro, Eduardo Blanquel. Quisiera que nos dijeras, primeramente, quién fue él y por qué su interés por Flores Magón.

Josefina MacGregor (JMG): Muchas gracias por la invitación, Javier, y por recordar a mi maestro. Yo también tengo la impresión de que el primer gran trabajo sobre Ricardo Flores Magón fue el de Blanquel. Él, cuando hace este trabajo, es un joven historiador; de hecho, es su tesis de maestría, y lo que he destacado de este trabajo es que tiene dos influencias muy fuertes; por un lado, la de don Edmundo O’Gorman, por su forma de interpretar la historia, de trabajar, su metodología, etcétera, historia de las ideas, finalmente; y por otro lado, la de don Daniel Cosío Villegas, que es muy importante. De hecho, Blanquel fue becario de un programa al que dio inicio don Daniel para empezar a revisar la historia de la Revolución mexicana. A él le toca revisar a los precursores y se clava en el tema; concretamente, le interesa el pensamiento político de Ricardo Flores Magón. Por eso insiste mucho en que le importa la documentación que va a ser pública, no la privada, aunque también revisa mucho la correspondencia con los correligionarios. Con esto empieza a perfilar sutrabajo, que está muy dirigido hacia Flores Magón, pero, como buen historicista, plantea toda la circunstancia, el medio en el que se dan estas ideas, y trata de localizar de dónde vienen las influencias del pensamiento de Flores Magón. Entre los elementos más importantes de su aporte, logra diferenciar etapas en ese pensamiento porque sus partidarios lo que habían destacado era su etapa anarquista, y entonces la historiografía lo retoma como un hombre que desde niño era anarquista. O sea, lo que el mismo maestro Blanquel decía, para otros casos, de convertir al hombre en estatua, como si permanentemente hubiera sido igual. Él, en cambio, va a demostrar que hay etapas en el pensamiento de Ricardo en donde primero es liberal, luego empieza a tener una influencia mucho mayor del socialismo y del anarquismo, concretamente de Kropotkin, y posteriormente, se sigue radicalizando. Él más que un teórico es un hombre práctico, quiere hacer la transformación hasta llegar al anarquismo; atraviesa, entonces, por un proceso. El maestro Blanquel, incluso, detecta otra etapa, que es la del utopista, cuando Flores Magón está en el último de sus encarcelamientos, durante el que muere. Recurre a esta idea de él: ya no puede hacer campaña, no puede estar en la política, ni tratando de cambiar el mundo, y entonces lo empieza a hacer desde la fabricación de una ciudad de la paz.

 

Eduardo Blanquel.
Fuente: Instituto de Investigaciones Estéticas / UNAM.
 

 

JG: Iba a proponerte otra etapa anterior, pero digámosle a nuestros lectores que Ricardo Flores Magón nació en San Antonio Eloxochitlán. Hijo de un militar juarista, quien, como tantos juaristas, como tantos militares oaxaqueños, brincó al porfirismo. Esa familia tiene suficientes recursos como para que los tres hermanos, Jesús, Ricardo y Enrique, vengan a estudiar a la Ciudad de México. Entran a la Escuela Nacional Preparatoria y luego a la Escuela Nacional de Jurisprudencia. Su primera formación ideológico-filosófica es positivista, y yo creo que Blanquel subrayaba eso, porque es muy importante que hayan sido positivistas.

JMG: Totalmente, es la circunstancia en la que ellos crecen. Finalmente, lo que sostenía el maestro siempre es que el liberalismo, pasando por el positivismo, tiene la posibilidad de dirigirse hacia el anarquismo; es un desarrollo que puede ser natural. Lo que trata de demostrar es que el pensamiento de Ricardo era materialista, basado en la realidad, positivista, en ese sentido; entonces hay una convergencia, como después se dará con los marxistas, cosa que él no fue.

JG: Él es primero positivista en términos, vamos a decir, ideológicos, filosóficos, pero en términos políticos, en ese primer momento, estos jóvenes son liberales que le reclaman a Porfirio Díaz –creo que él aparece en la política pública en el 92, en este movimiento estudiantil, ¿verdad?–. Ahí empieza su carrera como periodista, incluso.

JMG: Periodista que es encarcelado. Después, sale y ya no continúa estudiando, se queda en el tercer año de la carrera de Derecho. Su hermano Jesús sí la concluyó; y, en muchas ocasiones, sacaría a los integrantes del Partido Liberal o del grupo liberal de la cárcel cuando se encuentran presos. Es decir, es el que mueve mucho las cosas.

JG: Político y un gran abogado. Entonces, este muchacho viene a estudiar a la preparatoria, un poco en la Escuela Nacional de Jurisprudencia y luego se mete a un periodismo de oposición a Porfirio Díaz, pero, desde una perspectiva liberal, en la que le reclama que se haya alejado de los principios liberales. Ahora, él saca el periódico Regeneración, que le da nombre al partido político del actual presidente. Por eso la importancia de este personaje, un hombre con densidad histórica, el nombre Regeneración también nos lleva al positivismo y al evolucionismo de su época. No está convocando a la Revolución, sino a una regeneración del sistema y a una aplicación de los aparatos de justicia. Eran abogados o estudiantes de jurisprudencia. Y luego, ¿qué pasa?: se van a Estados Unidos…

JMG: Sí, pero es importante señalar que, antes de que se fueran a Estados Unidos, en San Luis Potosí se gestaría la idea del Partido Liberal Mexicano (PLM). Fue Camilo Arriaga quien en 1900 convocó a una convención a los liberales de todo el país, para aglutinar a quienes estaban cuestionando al régimen en estos términos liberales: “No se cumple con la ley, no se respetan los derechos políticos, no se respeta la Constitución del 57”. Empiezan a señalar problemas en el sistema de justicia; creo que es el punto central en ese momento. Ahí es cuando Flores Magón se da a conocer a nivel nacional, señalando abiertamente que el gobierno de Porfirio Díaz es una cueva de bandidos. Mucha gente se alarma, se espanta por la rotundez de sus afirmaciones, pero finalmente sale convencida de fundar clubes liberales por todo el país. Así fue como Flores Magón regresó a la Ciudad de México para comenzar con la fundación de una agrupación.

JG: Pensando en luego crear el Partido Liberal.

JMG: El tema es que la reunión, cuando se vuelve a convocar en 1902, no llega a realizarse porque es perseguida. Y entonces, el Club Ponciano Arriaga, que dirigía Camilo Arriaga, se traslada a la Ciudad de México para tratar de aglutinar esto. Fue en 1903. De entonces es la famosa imagen, donde están estos hombres en un balcón, que dice “La Constitución ha muerto” con el moño de luto; una foto que está muy presente en muchos mexicanos. Pero la persecución sigue, y deciden trasladarse e irse, aunque algunos están prisioneros, y Jesús debe sacarlos primero de la cárcel. Posteriormente se van a Laredo y luego a San Antonio. En San Antonio, en 1905, empiezan a intentar crear una junta organizadora del Partido Liberal, y en esta junta se produce un quiebre en el grupo. Camilo Arriaga se separa, y vemos estos momentos de cambio en el pensamiento de Ricardo Flores Magón: ya no se conforma con esa parte política de cuestionar la no aplicación de las leyes, sino que está tratando de introducir la cuestión social y la idea de una revolución.

 

Los hermanos Flores Magón et al., en los balcones del periódico El Hijo del Ahuizote, 1903, Ciudad de México.
Fototeca Nacional INAH.

 

 

JG: Pero al año siguiente redactan el Programa del Partido Liberal y todavía es un programa liberal, no convocan a la revolución.

JMG: No, pero es una idea que está detrás. Una de las cosas que he tratado de trabajar es que en 1905, cuando se convoca la creación de la Junta Organizadora del Plan del Partido Liberal Mexicano, se está hablando de la organización en este sentido, pero también se empieza a hablar de la necesidad de armarse y prepararse. Ellos consideran que hay que hacer dos tipos de campaña: una pública para organizar un partido con una serie de principios; y por otro lado, una privada en donde ya se hable de la revolución, que, para que pueda llevarse a cabo, tiene que ser organizada clandestinamente. Desgraciadamente, mientras ellos creían que actuaban clandestinamente y en secreto, resulta que el sistema de espionaje de Porfirio Díaz, la persecución a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, de la Embajada de México en Estados Unidos, etcétera, sabe todo lo que están haciendo, conoce sus nombres, sus alias… todo.

JGYo diría, Josefina, que en esos documentos –hay algunos en el Archivo de Relaciones Exteriores– se ve, por un lado, la infiltración –sabemos, incluso, qué oficina de agentes secretos trabajaba para los consulados–, pero también la ingenuidad de los Flores Magón y de los otros liberales que están ahí. Es obvio que te van a infiltrar, y luego con esas comunicaciones de “te mando unas varas y necesito tantos melones”… Pues está hablando de balas de cañón y de rifles, ¡por Dios!, no se necesita mucha inteligencia para descifrar esas claves.

Me encantaría que siguieras con esto y que nos platicaras en qué consistió el Programa del Partido Liberal de 1906. Por otro lado, es cierto, estaban buscando una lucha clandestina, que es muy difícil de organizar, como se vio el año siguiente.

JMG: El Programa del Partido Liberal es un documento sumamente interesante que ha merecido la atención de mucha gente. El maestro Blanquel decía que era el primer gran programa de síntesis de los problemas nacionales del siglo XX. Fue a fines de 1905 cuando se convocó la organización de la junta y se empieza a trabajar en el programa que el partido debe tener para que se vayan sumando integrantes. Es también un momento de crisis del grupo, porque aunque en ese momento están en San Luis, Misuri, a causa de la persecución tienen que moverse. Entonces se da una diáspora. Flores Magón, de hecho, va a tener que salir hacia Toronto y Montreal. Otros se quedan, algunos como encargados; por supuesto, deberíamos hablar de los otros también: Juan Sarabia, Antonio I. Villarreal, Enrique Flores Magón… Jesús ya se ha separado totalmente desde la primera etapa. Se supone que han discutido, tanto entre sí como por correspondencia, los principios que debe tener el partido, y empiezan a elaborarlos. Aunque en las cartas publicadas por quienes han dado a conocer el material de Flores Magón, algo que no se había hecho evidente era el proceso de elaboración del programa. Para mí, fue muy interesante poderlo apreciar, porque ellos, en abril, decidieron publicar, en el número de Regeneración, una convocatoria para que la gente opinara sobre el programa.

JG: Una consulta.

JMG: Una consulta; personalmente, es la primera que encuentro. 

JG: Yo también. Esa investigación ya te la leí, porque eres la única que la ha trabajado. Eso es maravilloso.

 

El Manifiesto a la Nación del Partido Liberal Mexicano se publicó en el periódico Regeneración,
el 1 de julio de 1906.
Fuente: Archivo General de la Nación.
 

 

JMG: Para mí fue sorpresivo. En mis clases en la Facultad de Filosofía y Letras, yo he trabajado el Programa del Partido Liberal, es un documento que leemos con los chicos de Historia. Fue muy interesante ver cómo se gestaba, cómo lo estaban manejando entre la convocatoria de la junta y la elaboración del programa. Ellos convocaron a una consulta, proponiendo seis rubros generales sobre los que había que trabajar: en la situación de los trabajadores del campo, la justicia, las reformas a la Constitución… seis temas gruesos. Y dan un tiempo para que se dé a conocer. Lo deciden en febrero, y en abril se difunde el primer resultado de las opiniones. Ofrecen seguir reelaborando esto las veces que sea necesario, pero no lo cumplen, por supuesto, por la premura del tiempo y por la crisis entre ellos, porque se están moviendo y les es imposible consolidarlo. Entonces deciden: “Lo vamos a poner a votación y vamos a ir rectificando todo lo que sea rectificable para que sea una opinión de los liberales de México”. En abril se da una primera versión, una segunda en junio, con las reformas que se han hecho, y finalmente, el programa se dará a conocer en julio.

JG: Ya es la fecha canónica.

JMG: Exactamente. En un primer momento consta de dos partes, con la introducción que se le agregó al programa, compuesto por 52 artículos enumerados, cortos, directos y muy programáticos sobre lo que tienen que hacer, en donde manifiestan que han quitado los principios porque no es necesario ponerlos, debido a que los tienen asumidos y ya se conocen.