Artes visuales

EL PARAÍSO DEL CARTEL EN UN GUIÑO

En este reportaje, Juan Carlos Talavera aborda la Bienal Internacional del Cartel en México, cuya 17.ª edición contó con un amplio programa en la Ciudad de México y Xalapa. Muestra de lo mejor del diseño gráfico internacional, sus participantes fueron destacados diseñadores como Ken Cato, Apex Lin, Santiago Pol, Takashi Akiyama y Sophia Shih, entre muchos más. En esta ocasión, la BICM contó con el patrocinio de Arte & Cultura del Centro Ricardo B. Salinas Pliego.


Por Juan Carlos Talavera

Portada: En el museo Franz Mayer se exhibe la selección oficial de la 17 BICM

Un cartel ingenioso contiene un impacto creativo y puede atrapar la mirada en un instante; es un disparo artístico que comunica un mensaje, tal como lo ha mostrado la 17ª. Bienal Internacional del Cartel en México (BICM) con un programa amplio de exposiciones, clases magistrales, talleres y jornadas de diseño, programados entre la Ciudad de México y Xalapa.

La bienal es uno de los tres certámenes de cartel más longevos del mundo, y su labor es precursora en el continente americano. En 1990 realizó su primera edición, y, a lo largo de una trayectoria de 32 años ininterrumpidos, se ha convertido en el agente que recopila la historia del cartel, que promueve su valor social y con ello se ha consolidado como una plataforma de intercambio entre creadores y proyectos afines, si consideramos que el diseño y su aplicación tocan todos los ámbitos de la vida.

“El diseño es para todos y es lo más democrático que puede existir”, afirma Xavier Bermúdez, director de la BICM. Sin embargo, esta rama del conocimiento, en la actualidad, enfrenta tres importantes retos: alejarse del ego del diseñador, entender las diferencias entre arte y diseño, y reciclar cada día más materiales.

“Cuando inició la intervención de la era digital, con las redes sociales y la web, hubo un momento de distracción muy fuerte en el que, de pronto, todo mundo afirmaba que hacía diseño y todo era diseño. Además, propició la confusión de que el diseño y el arte eran lo mismo, y eso es totalmente falso; el diseño tiene una función específica y el arte otra distinta”, explica Bermúdez.

Aunque es cierto que la raíz del diseño proviene del círculo de la pintura, la arquitectura y los grandes creadores de la imagen, como grabadores y movimientos de vanguardia, tal como sucedió en Italia, después de la Segunda Guerra Mundial, cuando se llegó a diseñar para un futuro vinculado con la sustentabilidad del planeta, pero entonces no se mencionaba de esa manera.

“En aquella época, los diseñadores pensaban en hacer cosas bellas y muy correctas, con una gran tradición y vinculadas a nuestras propias culturas, pero que fueran fáciles de producir y que duraran mucho, es decir, lo que en México hoy podríamos reducir a la frase: ‘bueno, bonito y barato’ ”, apunta Bermúdez.

¿Qué es lo que se cuestiona hoy en torno al diseño?, se le pregunta. “Hoy existe una reflexión en torno a que el diseño no siga produciendo basura ni objetos inútiles. Por ejemplo, me pregunto si es necesario diseñar más sillas o más tipografías. Quizá lo que necesitamos es saber utilizar las tipografías y las sillas que ya tenemos. Sin olvidar que hay una desviación hacia el ego del diseñador, es decir, que privilegia al diseñador de marca y que apunta al consumismo. Sin embargo, me parece que, hoy, el diseño gira en torno a cómo sobrevivir haciendo menos y reciclando más. Hay que reciclar, porque tenemos demasiado plástico que podemos convertir en otras cosas, y es necesario evitar el desgaste del planeta. Esa es un poco la postura de estos encuentros de diseño que hacemos: reflexionar en lo innecesario de generar más basura”.

Bermúdez destaca el hecho de que muchos siguen siendo diseños originales a mano, pese a la implementación de herramientas digitales.

En suma, abunda Bermúdez, en este momento lo más relevante para el mundo del diseño gira en torno a no producir sólo por producir ni a provocar un mayor consumo, porque “el diseño sirve para facilitar la vida y no para complicarla ni para provocar más consumo”.

Además, es preciso pensar en aquellos diseños que ya son insuperables. “Te hablo, por ejemplo, de un clip, y te preguntas: ¿Quién fue el genio que diseñó un clip? Porque sólo es un alambrito al que le das vuelta, pero nos ha servido y seguirá sirviendo aún en la era digital, mientras tengamos una carta que guardar o una fotografía que colgar. México tiene diseños fantásticos; dos ejemplos son el diseño de la corcholata y del quitapón”.

En el caso de los carteles, Bermúdez destaca el hecho de que muchos siguen siendo diseños originales a mano, pese a la implementación de herramientas digitales, como ha sido posible constatar en la 17.ª BICM.

Homenaje póstumo a Takashi Akiyama en la galería peatonal del Museo de Antropología de Xalapa (M A X ).

 

 

“Algo interesante es que, pese a ser dibujos en formato digital, muchos siguen siendo hechos con la mano, pues aunque se usen directamente el lápiz electrónico y la tableta, son diseños originales porque la relación entre la mano y el cerebro funciona de forma distinta, y eso da originalidad a las cosas, porque son carteles elaborados con sus propias manos y su propio pensamiento.

“Me dicen que eso ya es una ilustración digital, pero en realidad es una ilustración manual hecha con una herramienta digital, es decir, estoy sustituyendo el lápiz (de grafito) por un lápiz electrónico, y un papel por una tableta. Pero la relación de la mano con la mente está propiciando ilustraciones que generan nuevos lenguajes. Me parece que, cuando utilizas esa nueva tecnología con oficio, el resultado es poderosísimo y son los jóvenes los que nos están enseñando eso ahora”, explica Bermúdez.

Por último, se refiere a la necesaria diferencia entre arte y diseño. “Muchos diseñadores se creen artistas, pero no todos son Vicente Rojo. Él es el ejemplo más bonito de cómo diferenciar cuando estás al servicio de una sociedad y aportas tu talento para que las cosas funcionen y cuando realizas una obra plástica para denunciar o expresar tus sentimientos, pero sin tener la intención de que la gente comprenda lo que estás diciendo con esa pintura”.

 

La diseñadora taiwanesa Sophia Ling-Hung Shih expuso en el Museo de Antropología de Xalapa.
Motown Soul Funk Classics, cartel para Billy Blues(Heidelberg, Alemania), realizado por Götz Gramlich presidente del jurado de la 17 BICM.

El museo Franz Mayer acogió la XVII edición de la Bienal Internacional del Cartel.

 

 

 

RESQUICIOS DE IMAGINACIÓN

Cápsulas de imaginación que ilustran resquicios de esperanza para alcanzar un mundo más honesto, más limpio y libre de corrupción, o que intentan transportar al público al campo de la migración, la guerra y la represión, son algunos de los temas que, distribuidos en seis categorías, abordaron cientos de diseñadores para concursar en la 17 BICM, la cual reunió a diseñadores consolidados, talentos emergentes y diseñadores en formación.

En esta edición, los organizadores recibieron 600 trabajos, los cuales evaluó un jurado integrado por figuras del diseño como Götz Gramlich (Alemania), Paula Barragán (Ecuador), Angelina Lippert (EE. UU.), Eric Boelts (EE. UU.), Klaus Welp (Finlandia), Carlos Joaquín Ramírez (México), José Luis Ortiz Téllez (México-EE. UU.), Elżbieta Chojna (Polonia) y Chi Mei Chang (Taiwán), quienes eligieron un abanico de 417 piezas, provenientes de 72 países.

Dicha selección, que se encuentra expuesta en los muros interiores del museo Franz Mayer hasta el próximo 5 de febrero, incluye los trabajos premiados en las seis categorías.

Neue Gestaltung (Alemania), Jianping He (Alemania) y Dominika Czerniak-Chojnacka (Polonia), ganadores de los tres primeros premios de la categoría A, Cartel publicado entre 2020 y 2022, donde François Caspar (Francia), obtuvo una mención honorífica.

Primer premio: Neue Gestaltung (Alemania)

Segundo premio: Jianping He (Alemania)

Tercer premio: Dominika Czerniak (Polonia)

François Caspar (Francia)

En la categoría B, Una sola Tierra. Carteles inéditos por la restauración del planeta, los premios fueron para Jun Cai (China), Annik Troxler (Suiza) y Ying Ye (China). 

 

Primer premio: Jun Cai (China)

Segundo premio: Annik Troxler (Suiza)

Tercer premio: Ying Ye (China)

Mientras que, en la categoría C, Movimiento y Permanencia. Por el Derecho de Migrar, de carteles inéditos realizados por profesionales, resultaron ganadores Christoph Stettler (Suiza), Edwin Moreira (Nicaragua) y Beatriz Arreguin (México).

Primer premio: Christoph Stettler (Suiza)

 

Segundo premio: Edwin Moreira (Nicaragua)

Tercer premio: Beatriz Arreguin (México)

 

 

En la categoría D, para cartel inédito con el tema Un mejor futuro sin corrupción, en la que participaron estudiantes y recién egresados, ganaron Javier Esperanza Jofré (Chile), Yi Ji Hsueh (Taiwán) y Yen Yen Tien (Taiwán).

Primer premio: Javiera Esperanza Jofré (Chile)

Segundo premio: Yi Ji Hsueh (Taiwán)

Tercer premio: Yen Yen Tien (Taiwán)

 

En tanto que los premios para el cartel inédito sobre La competencia en la economía digital, categoría E, fueron para Liliana Lara Hilario (México) y Yusheng Wang (China).

Primer premio: Liliana Lara Hilario (México)

Segundo premio: Yusheng Wang (China)

 

Para cerrar con la categoría F, Diversidad en un solo mundo. Cartel inédito por los objetivos de desarrollo sostenible, cuyos premios se concedieron a Xing Lu (China), Hung Te Chung (Taiwán) y Wenjie Yu (China), con mención honorífica para Ching Hsuan Chiang (Taiwán).

Primer premio: Xing Lu (China)

Segundo premio: Hung Te Chung (Taiwán)

Tercer premio: Wenjie Yu (China)

Mención honorífica:
Ching Hsuan Chiang (Taiwán)

 

De acuerdo con las estadísticas de la bienal, el promedio de edad de los participantes fue de 37 años, a diferencia de lo ocurrido en 1990, cuando fue de 60, porque entonces la participación se concentraba en los grandes creadores de todo el orbe. Aunado a esto, se registró una participación del 47 % de mujeres y 53 % de hombres.

Considerado uno de los certámenes de cartel más longevos del mundo y precursor, en su tipo, en el continente americano, el de este año estuvo dedicado a la memoria de artistas y diseñadores como Vicente Rojo (1932-2021), Milton Glaser (1929-2020), Vladimir Chaika (1955-2021), Takashi Akiyama (1952-2022) y Eduardo Téllez (1947-2022).

MEZCLA DE CULTURAS

“El nivel de la 17 BICM ha sido uno de los de mayor calidad”, admite en entrevista la diseñadora polaca Elżbieta Chojna, integrante del jurado, quien reconoce el reto que implicó la selección de los ganadores. “En verdad, me ha impactado el nivel de los participantes, porque ha sido muy alto, y la selección que se exhibe en el Museo Franz Mayer me pareció de lo más difícil”.

¿Qué observa en las técnicas empleadas por los participantes de esta edición? “Es una pregunta complicada, porque, como en toda la cultura, existen mezclas. Por ejemplo, en los años sesenta y setenta había un estilo de trabajo, pero ahora tenemos numerosos medios para diseñar e imprimir porque puedes emplear la mano con la computadora y no reflejar algún estilo predominante. Quizá lo que puede detectarse, por ejemplo, es que algunos participantes provienen de la escuela polaca, alemana, suiza o mexicana, porque tienen esas características”.

¿Qué elementos requiere un buen cartel? “Para mí, sobre todo, información porque la base de un cartel es comunicar algo de una forma simple. En la actualidad, por ejemplo, tenemos dos segundos para ver una imagen, así que o atrapa nuestra atención o nos vamos, y si nos agarra, nos detenemos y queremos leer de qué se trata, pero si la imagen y la tipografía no son legibles… no te atrapará”.

Por su parte, el también juez Carlos Joaquín Ramírez considera que, en esta edición, al calce de las categorías, “predominan las narrativas enfocadas a los derechos de los animales, la conservación del medio ambiente, e ideas sobre la libertad frente al contexto de la guerra y los conflictos sociales en todo el mundo. La gente de Taiwán, Japón y China explora mucho el medio ambiente, mientras que la de Latinoamérica se detiene en los festivales de cultura y en los derechos humanos”.

¿Qué podemos encontrar en torno al mundo de los diseñadores mexicanos?, se le cuestiona a Ramírez. “En México aún usamos bastante los grabados antiguos para hacer algún collage, y luego, aunque se trabaje en formato digital, los diseñadores buscan una metáfora visual a través de una imagen antigua”.

¿Cuál es el mayor riesgo al momento de elaborar un cartel? “En ocasiones, hay carteles que tienen un lenguaje que no es para cartel, que podría ser, quizá, la portada de un libro, un anuncio de prensa o una tarjeta postal. Así que, lo esencial es conservar el lenguaje del cartel; por ejemplo, el formato, que contenga una idea muy concreta y una imagen poderosa que apoye la idea, o que solamente la imagen te diga de qué habla.

Lech Majewski expuso obra elaborada en la última década en la galería Fernando Vilchis del Instituto de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana, en Xalapa.

 

”Porque, como decía Bob Gill, no existen carteles mal hechos ni bien hechos si no sabes para qué se hicieron. Porque pudiste haberlo hecho feo a propósito, pero debe estar bien sustentado y traducir un mensaje que comunique algo; de lo contrario, sólo se queda en lo estético. Aunque un ejemplo excepcional es Vicente Rojo, quien fue un gran artista visual y también pudo crear carteles que comunicaban, es decir, estaban bien estructurados, aunque a veces fueran austeros en imagen, pero se debía a cuestiones de presupuesto”, concluye.

ANIMALES VISUALES

Como parte del programa paralelo, en el Centro Cultural Casa del Tiempo de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) se inauguró la exposición Movimiento y permanencia in memoriam Vicente Rojo, con el trabajo de 30 diseñadores que muestran sus experiencias de migración para rendir tributo al legado de uno de los artistas más importantes del abstraccionismo en México, figura relevante en la renovación del lenguaje gráfico.

Durante la apertura, Santiago Pol recibió la medalla otorgada por la BICM que lleva el nombre del grabador, caricaturista e ilustrador mexicano José Guadalupe Posada. El diseñador de origen español recordó que “los cartelistas siempre tratamos de dejar tatuado en la memoria de los espectadores y transeúntes recuerdos visuales imborrables porque, como dice mi gran amigo Joan Costa, los humanos somos animales visuales”. Y agregó: “El cartel es como una ensalada que tiene dos ingredientes distintos: leer no es lo mismo que ver y, en nuestro caso, el reto es conjuntar dos lenguajes diferentes en un pedazo de papel”.

La muestra Nuevos lenguajes del cartel alemán, en el Museo de la Cancillería de la Ciudad de México, incluyó carteles de Fons Hickmann, Ariane Spanier, Sandra Doeller y Götz Gramlich, entre otros.

De forma paralela, se inauguró la muestra Nuevos lenguajes del cartel alemán en el Museo de la Cancillería de la Ciudad de México, con piezas de autores como Fons Hickmann, Ariane Spanier, Lamm & Kirch, Sandra Doeller, Götz Gramlich y los estudios de diseño Nam Huynh & Mark Bohle, y Neue Gestaltung, en cuyas piezas es posible observar el estado del diseño gráfico y su producción en Alemania.

Otra exposición es México-Taiwán, un abrazo de amistad, con una veintena de carteles expuestos en el salón de usos múltiples de la Casa del Poeta Ramón López Velarde, con una mirada que pone el acento en los lazos culturales de ambos países, y en temas como la naturaleza, la muerte y el diálogo especular que se establece entre las tipografías occidentales y los sinogramas (caracteres chinos).

CAUDAL DE INSPIRACIÓN

En Xalapa, la 17 BICM programó siete exposiciones y una veintena de talleres, actividades artísticas, jornadas de diseño y ponencias en espacios universitarios y museográficos, con la participación de 40 diseñadores provenientes de Australia, España, Francia, Alemania, Estados Unidos, Taiwán y México, entre los que destacaron Klaus Welp, Ken Cato, Tomasz Walenta, Apex Lin, Götz Gramlich, Jean-Michel Géridan, Chi Mei Chang, Santiago Pol y Eric Boelts; y los mexicanos Belinda Ugalde, Federico López, Abraham Méndez y Aram Huerta.

El cartel es como una ensalada que tiene dos ingredientes distintos: leer no es lo mismo que ver y, en nuestro caso, el reto es conjuntar dos lenguajes diferentes en un pedazo de papel”.

Entre las exposiciones, sobresale la apuesta de la diseñadora taiwanesa Sophia Shih, reconocida internacionalmente por su interés e investigación sobre la semiótica y la cultura de las ciudades, quien inauguró en el Museo de Antropología de Xalapa una selección de carteles de su autoría, trabajo que ha sido elogiado por combinar rasgos orientales y occidentales, mezclando la cultura ancestral de la que proviene al tiempo que explora cuestiones filosóficas tan complejas como la identidad humana.

De manera complementaria se abrió la exposición homenaje al diseñador japonés Takashi Akiyama, conocido por su lenguaje universal y por su capacidad para llenar el punto ciego de todos los idiomas, con una selección de 30 carteles expuestos en la galería peatonal del Museo de Antropología de Xalapa. De acuerdo a los expertos, el pensamiento de Akiyama es una de las piedras de toque para cualquier aspirante a ilustrador. Cabe apuntar que la BICM posee una colección de 200 obras de este autor, una de las colecciones más importantes con que cuenta.

Otra muestra destacada fue la de Lech Majewski, poeta, artista, director escénico y uno de los grandes maestros del cartel polaco, dotado de una mirada definida como “hechizada”. La galería Fernando Vilchis del Instituto de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana exhibió el trabajo más reciente de Majewski, el cual busca establecer una relación académica de largo aliento entre los creadores de Polonia y México.

Cabe mencionar la exposición Diles que no me maten, en la galería Alejandro Mariano del Instituto Universitario para la Cultura y las Artes “Realia”, con 50 carteles, inspirados en la obra del escritor Juan Rulfo, de artistas como Antonio Pérez, Niko; mientras que la muestra gráfica Woodstock. 50 años se presentó en la galería de la Biblioteca Carlos Fuentes.

 

Juan Carlos Talavera (Ciudad de México, 1977) es periodista cultural egresado de la U N A M . Ha colaborado en publicaciones como Emeequis, Sin Embargo, la Revista de la Universidad de México y el diario La Crónica de Hoy. En 2011 fue seleccionado para participar en el Taller de Narrativas en Periodismo Cultural de la Fundación de Nuevo Periodismo. Actualmente colabora en el periódico Excélsior.



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