Estudiar a Ludwig van Beethoven, recordar su perfil biográfico, celebrarlo y divulgarlo, pero sobre todo, escuchar su música gozosamente, tiene sentido siempre. Por razones puntuales, tiene aún más sentido en el año 2020, que marca el aniversario 250 de su nacimiento, ocurrido en Bonn, Alemania, el 16 diciembre de 1770.
Entre todos los grandes compositores de la historia, Beethoven es sin duda el que evoca los sentimientos más poderosos, porque a la calidad, variedad, energía y profundidad de su música se añade una historia personal llena de episodios turbulentos, de pasiones arrebatadas, de obstáculos por superar, de triunfos en contra de las probabilidades y, destacadamente, de una voluntad a prueba de todo. Los musicólogos Joseph Kerman y Alan Tyson hacen esta breve pero certera descripción de Beethoven:
“Sus logros tempranos, como compositor y ejecutante, lo muestran extendiendo la tradición clásica vienesa que había heredado de Mozart y Haydn. A medida que la aflicción personal, marcada entre otras cosas por la sordera, y su incapacidad para establecer relaciones emocionales felices, aumentaba, comenzó a componer en un estilo cada vez más individual, y hacia el final de su vida escribió sus obras más sublimes y profundas. Por su éxito en combinar la tradición, la exploración y la expresión personal, llegó a ser considerado como la figura musical dominante del siglo XIX, y prácticamente ningún compositor significativo desde su época se ha sustraído a su influencia o ha evitado reconocerla. Por el respeto que sus obras inspiran a los músicos, y por la popularidad que han disfrutado entre públicos amplios y numerosos, Beethoven es probablemente el compositor más admirado en la historia de la música occidental”.
Hasta aquí las palabras de Kerman y Tyson. Esta apreciación de Beethoven y su música es compartida por la mayoría de los especialistas, y es una de muchas muestras de que, en efecto, su música y su figura ocupan un lugar preeminente dondequiera que se hace música, se escucha música o se discute la música. Como parte de esa continua y enriquecedora discusión, he aquí una serie de siete programas articulados alrededor de distintas áreas de la producción de Beethoven, una selección necesariamente breve pero a la vez significativa que propone explorar algunas de las diversas formas y géneros que abordó, así como los distintos períodos de su desarrollo como compositor.
Esta serie de programas conmemorativos, es realizada en estrecha y fructífera colaboración entre Arte & Cultura Grupo Salinas y Naxos en español.
Escuchemos, pues, la música de Ludwing van Beethoven, y a través de ella, percibamos también la huella benéfica y duradera de un espíritu creador indomable.
Programas
Siete variaciones y dos sonatas para violonchelo y piano
Una tríada de cuartetos: los "Razumovsky"
Tres sonatas para violín y piano (núm. 5, 6 y 7)
Tres sonatas y tres bagatelas para piano
Un par de tríos: El Archiduque y el Fantasma
Un himno a la libertad y al amor
Otras tres sonatas para violín y piano (núm. 4, 8 y 9)