Guillermo Kahlo, La Profesa, 1908, plata sobre gelatina.
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Artes Visuales

Arte y memoria de una nación

¿Qué revela la colección de arte de Ricardo Salinas Pliego?, ¿qué expresa acerca de la historia y la cultura mexicanas? La editora y escritora Adriana Ortega Calderón explora los tesoros de uno de los acervos de arte más importantes de México. Lo invitamos a adentrarse en los senderos de fotografías estereoscópicas, pinturas, esculturas, manuscritos, mapas, materia cinematográfica, plata y objetos insólitos de nuestro país. Un patrimonio cultural de memoria ante el olvido de las aguas de Leteo.


Como toda colección, también esta es un diario: diario de viajes, claro está, pero también diario de sentimientos, de estados de ánimo, de humores… O quizá sólo diario de esa oscura manía que nos impulsa tanto a reunir una colección como a llevar un diario, es decir, la necesidad de transformar el transcurrir de la propia existencia en una serie de objetos salvados de la dispersión o en una serie de líneas escritas, cristalizadas fuera del continuo fluir de los pensamientos.

La fascinación de una serie de objetos reside en lo que revela y en lo que oculta del impulso secreto que la ha motivado. Entre las colecciones extrañas de la exposición, una de las más impresionantes era sin duda la de las máscaras antiguas: una vitrina desde la cual miraban caras verdes o grisáceas de tela o de goma, con ciegos ojos redondos y protuberantes, la nariz-hocico como una lata o un tubo colgante. ¿Qué idea habrá guiado al coleccionista?

Ítalo Calvino.

Hay tanto que atribuir a la fotografía, como técnica, como arte, como medio de documentación; como traductora de miradas y creadora de testimonios, además de proyectar interpretaciones. Innumerables autores han observado el mundo a través de la lente. Fue en el siglo xix que gracias a la fotografía –al igual que antes lo hicieron la litografía, el grabado, la pintura– resultó posible reflejar los escenarios que conforman el legado de México: la planeación arquitectónica, escultórica y su cimentación arqueológica. La precisión técnica aportó sustanciales beneficios que trascendieron la admiración siendo invaluables para la historia y la ciencia. Desde entonces, los registros de la observación y exploración en México conforman el expediente de una historia distante que nos permite conocer y entender una cultura. Sus autores, precursores de la práctica testimonial, erigieron una suerte de antología que hoy es parte de nuestro patrimonio.

La Colección Fotográfica Ricardo B. Salinas Pliego es una de las más completas de México, con objetos, manuscritos y archivos que son parte fundamental de la narrativa visual.

Con el paso del tiempo, algunos de esos registros han desaparecido, entretanto muchos otros han sido recuperados y asentados en una colección. México tiene la fortuna de albergar uno de los acervos más valiosos y representativos de nuestra memoria; la Colección Fotográfica Ricardo B. Salinas Pliego es una de las más extensas, con objetos, manuscritos y archivos que son parte fundamental de la narrativa visual de esta vasta selección de obra documental, bibliográfica y hemerográfica de insignes autores, quienes además de estudiar y escribir la historia de México en imágenes crearon sus propios repertorios. Ocho son las compilaciones: Colección Guillermo Kahlo, Colección Henry Greenwood Peabody, Colección Désiré Charnay, Colección Teoberto Maler, Colección Tipos Mexicanos, Tarjetas de visita y Vistas de México, Acervo Anita Brenner, Acervo Mexico This Month (Anita Brenner) y la Colección Fotografías Estereoscópicas.

Salinas Pliego mantiene un evidente anhelo por recuperar y preservar; ejemplo de ello es la digitalización de la revista Plural, lo que deriva de una perenne voluntad de guarnecer la memoria, cultura y patrimonio nacionales, para legado de las siguientes generaciones.

Ricardo Salinas Pliego es uno de los más grandes y preciados coleccionistas en el universo del arte, poseedor de notables recopilaciones fotográficas, entre otras colecciones de pintura, escultura, cartografía, minerales, material cinematográfico, una colección de plata de alrededor de 60 obras participantes en el Premio Nacional de la Plata Hugo Salinas Price (2002-2015), y una biblioteca en la que destacan primeras ediciones, manuscritos y colecciones de revistas y libros. Salinas mantiene un evidente anhelo por recuperar y preservar archivos; ejemplar al respecto es la digitalización de la revista Plural, lo que deriva de una perenne voluntad de guarnecer la memoria, cultura y patrimonio nacional, para legado de las siguientes generaciones.

La Colección Fotográfica Ricardo B. Salinas Pliego ha realizado una significativa labor de restauración. El resultado se manifiesta en una magna compilación que se destaca entre las más prestigiadas del orbe y la continua colaboración en exposiciones, volúmenes y estudios. Es una colección viva, y es esta envergadura y lo que representa lo que vuelve fascinante adentrase a ella. 

Galería de emblemas

El mérito que reaparece en el trabajo de cada uno de los autores de la colección estriba en la difusión de fragmentos del patrimonio cultural mexicano: arquitectura, expresión artística, manifestaciones arqueológicas y aquello que por sí solo cuenta la historia de una nación generosa y con posibilidades para no pocos ciudadanos peregrinos del mundo; la cronología de un país que inspiró la sensibilidad y los deseos de propagar lo insólito, la belleza y la evolución de una civilización. 

El acervo de Guillermo Kahlo en la colección consta de 676 imágenes impresas de arquitectura colonial mexicana producidas en la primera década del siglo xx, acaso una de las más vastas compilaciones del alemán. Seducido por las crónicas de exploración de Alexander von Humboldt, Kahlo emigró a México donde se convertiría en un reputado fotógrafo a quien Porfirio Díaz comisionó para documentar las edificaciones nacionales de mayor relevancia. Además de recorrer la capital, Kahlo transitó por 13 estados de la República. Su mirada consigue retratar y perpetuar un sinfín de edificaciones de alrededor de 27 ciudades y pueblos, estampas que hasta este día conducen a más de una lectura, amén de revelar el brillante sentido de composición e iluminación del artista.

Comprendida en su mayoría por fotografía de arquitectura civil y religiosa, por un lado, la colección reseña la historia de la nación desplegada en la espléndida arquitectura de su capital donde a menudo se entreveran estilos. Al mismo tiempo exhibe la parcial desaparición de la arquitectura del México prehispánico.

El acervo es una herramienta significativa para el entendimiento de la arquitectura indígena y colonial, lo mismo que para trabajos de restauración.

El acervo de Guillermo Kahlo ha sido parte de proyectos artísticos como Reporte Kahlo, Ciudad de México. Cien años de patrimonio (2010), del fotógrafo contemporáneo Rodrigo Vázquez, presentado en el Museo de la Ciudad de México y posteriormente impreso en libro. El acervo es herramienta significativa para el entendimiento de la arquitectura indígena y colonial, lo mismo que para trabajos de restauración, como ocurrió con la recuperación de uno de los dos órganos de la catedral metropolitana. 

La colección Henry Greenwood Peabody se conforma por 112 imágenes de arquitectura colonial, civil y religiosa de México, pertenecientes a su intervención en el álbum Spanish-Colonial Architecture in Mexico, editado por Sylvester Baxter.

Greenwood Peabody, quien construyó una distinguida trayectoria en fotografía marina, donde se incluyen piezas de regatas de la Copa de las Américas, arribó a México en 1899 como integrante de una expedición arquitectónica estadunidense. Recorrió varios estados del país a fin de capturar emblemáticos edificios, iglesias y villas. Con singular facultad estética fue capaz de inmortalizar la esencia de cada escenario. Al igual que los de Kahlo, los testimonios de Greenwood Peabody constituyen una herencia histórica y cultural que exhorta a discurrir en la transición transcultural de México, su esplendor en ocasiones empalidecido, y el patrimonio de la identidad nacional. 

Guillermo KahloÓrgano de la catedral metropolitana, 1909, plata sobre gelatina.

 

Henry Greenwood Peabody, Casa de Alfeñique, ca. 1898, plata sobre gelatina.
Henry Greenwood Peabody, Interior de la capilla del seminario de San Martín en Tepotzotlán, ca. 1898, plata sobre gelatina.

 

 

Vestigios de una proeza arqueológica

La presencia de la obra de Désiré Charney en la Colección Ricardo B. Salinas Pliego es imponderable; nos referimos a las primeras fotografías de sitios arqueológicas de México. Son 121 impresiones tomadas entre 1860 y 1882 –y un negativo–, incluidas en los tomos Ciudades y ruinas americanas, y Álbum fotográfico mexicano. En ellas es posible apreciar ruinas arqueológicas del sureste mexicano, arquitectura y escultura maya, indígenas y paisajes de Madagascar, además de hermosas vistas de México. 

Claude Désiré Charnay, La cárcel. Chichen Itzá, ca. 1860, impresión en papel a la albúmina.

En sus piezas se ostenta la proeza para atravesar los terrenos más escabrosos de la selva con el peso de un equipo de producción y un laboratorio.

Entusiasmado por los relatos ilustrados de exploradores del territorio maya, Charney llevó a cabo tres viajes a nuestro país con la intención de estudiar y documentar las ruinas prehispánicas. Su trabajo se erige como una narración visual renovada de lo que fue México históricamente, amén de exhibir las facultades del artista. Su labor fue también una forma de impulsar el alcance de la técnica fotográfica, entonces recién introducida al mundo, pues en sus piezas se ostenta la proeza para atravesar los terrenos más escabrosos de la selva con el peso de un equipo de producción y un laboratorio.

67 imágenes de la Colección Ricardo B. Salinas Pliego se mostraron por primera vez en público en el Antiguo Colegio de San Ildefonso a través de la exposición La memoria revelada. El surgimiento de la fotografía arqueológica (2014), donde bajo la curaduría de Eduardo Matos Moctezuma se muestran cronológicamente las expediciones del artista en México. La colección de Charney es una de las más significativas del autor en México, junto con la de la Fototeca del inah en Pachuca. El acervo de Ricardo Salinas es el original y de honrosa procedencia: aparte de pertenecer a su mismo autor, al coleccionista francés Eugéne Goupil y a la Universidad de Honolulú, fue propiedad del artista Jean Charlot, precursor del muralismo mexicano. 

Teoberto Maler, Chunyaxnic, ca. 1887, platino.

 

Paralelo al tesoro gráfico de Charney, la colección reúne 105 fotografías correspondientes a la extraordinaria obra de Teoberto Maler; los primeros archivos impresos de la arquitectura maya en México. Maler se propuso efectuar un esquema detallado en imágenes de las ruinas arqueológicas del sureste mexicano y Centroamérica, sobre todo de aquellas que no habían sido registradas. Son muchos los rincones visitados por el autor ítalo-austro-alemán en la última parte del siglo xix, y durante sus visitas no sólo capturó la majestuosidad de las edificaciones en ruinas, sino que en sus piezas solía incorporar la espesa vegetación y a los propios pobladores. Poseía una gran destreza, ya que además de ser arquitecto, como Charney, tenía un magistral sentido de la composición lo que le permitió emprender una suerte de plano de los monumentos arqueológicos y centros ceremoniales mayas. Cabe añadir que lo anterior fue resultado de una verdadera hazaña: su técnica de impresión era tan compleja que precisó lidiar con el húmedo entorno selvático, entre otros factores. 

Los testimonios de Maler:

ruinas escondidas, construcciones mayas olvidadas y una serie de vestigios arqueológicos de una cultura milenaria, constituyen una invaluable compilación que aparte de su valor patrimonial resulta de suma trascendencia para la elaboración de investigaciones y trabajos de conservación.

La perpetuación de una labor

Acaso la más grande aportación de la Colección Fotográfica Ricardo B. Salinas a la identidad cultural y artística de nuestro país sea el Acervo Anita Brenner. Atesorar la labor y mantener el compromiso de una de las impulsoras más destacadas de lo que ella nombrara el “renacimiento del arte mexicano en el extranjero”, es un privilegio. Representado por una suma monumental de fotografías, obras, archivos y objetos, es uno de los más grandes acervos que existe de la también periodista, editora, antropóloga, viajera y traductora, a la altura del acervo del Harry Ransom Center de la Universidad de Texas en Austin. 

La Colección Ricardo B. Salinas Pliego está comprometida con el impulso a iniciativas que difunden la cultura mexicana y generan valor social, por ello la adquisición de Brenner determina un momento importante en la vida de la colección al tratarse de una antología vinculada al estudio, conocimiento y difusión de los valores estéticos y patrimoniales del México de la segunda mitad del siglo xx. 

El escenario intelectual posrevolucionario cautivó a Brenner en su juventud y creó vínculos con los más célebres artistas y periodistas de aquella época, como David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera, Tina Modotti, Edward Weston y José Clemente rozco. Aquel sería el episodio inaugural de un profuso recorrido y notable tarea que la convirtieron en la insigne embajadora cultural del arte mexicano fuera de nuestro territorio, principalmente en Estados Unidos.

Edward Weston, Nuestra Señora de la Soledad, 1926, plata sobre gelatina.
Portada de la revista Mexico/this Month, vol. XII, núm. 2, junio-julio 1967.

En el ensayo La otra tierra prometida de Anita Brenner, publicado en la revista Letras Libres, Alan Grabinsky apunta:

En 1925 Anita, siempre inquieta, se mudó a Nueva York y publicó, en inglés, su libro más famoso, Ídolos tras los altares, una visión ecléctica de las tradiciones indígenas en México y su relación con el arte emergente de aquellos tiempos. En su libro, el trabajo de Rivera y Orozco se concibe como una continuidad del arte público mexicano: “Hay una calidad épica en los artistas mexicanos que excita la imaginación [...]” Brenner fue responsable de que muchas de las obras de los artistas mexicanos se expusieran en galerías de Nueva York. Su principal rol siempre fue conectar a gente: sus fiestas y encuentros eran famosos.

Tres secciones conforman el acervo Anita Brenner. La primera incluye 563 fotografías de Modotti, Weston y Agustín Jiménez, varias de ellas incluidas en el volumen Ídolos tras los altares (1929), una exposición de la erudición y fascinación de Brenner por las tradiciones y las manifestaciones artísticas de México. Objetos prehispánicos, artesanía, arquitectura civil y religiosa, pintura mural, retratos, pueden encontrarse en la compilación. 

La segunda parte constituye el material gráfico que Anita y sus colaboradores reunieron para la revista Mexico this month (1957 -1967): más de 26 mil piezas entre impresiones, mapas, dibujos, diapositivas, negativos, placas, y otros objetos. Hay piezas de fotógrafos como Doris Álvarez Bravo, Enrique Bostelmann, Gertrude Duby, Juan Rulfo, Manuel Álvarez Bravo, Weston y Yukio Futagawa. La tercera sección se refiere a los objetos personales, mobiliario, biblioteca y compilación artística que perteneció a Anita Brenner. Dibujos, pintura y fotografía de artistas como Sergei Eisenstein, Mathias Goeritz, Leonora Carrington, Siqueiros, José Guadalupe Posada, Jean Charlot y Pedro Friedeberg. 

Mathias Goeritz, Estudio de la Serpiente de El Eco, ca. 1972, gouache sobre papel.

Con la exhibición de estas piezas se contribuyó a la concordancia inclusiva entre el arte de dos culturas vecinas.

Favorecer el diálogo e intercambio a través de la divulgación de la vida de Anita Brenner y su enorme labor como visionaria y emisora del arte y cultura mexicanos es sólo uno de los propósitos de esta colección. Así, tan sólo hace unos meses tuvo una participación en la exposición Another Promise Land: Anita Brenner’s Mexico, en el Skirball Cultural Center en Los Ángeles, bajo la curaduría de Karen Cordero y Laura Mart. Con la exhibición de estas piezas se contribuyó a la concordancia inclusiva entre el arte de dos culturas vecinas, cuyo diálogo ha sido permeado por la promoción de mensajes chauvinistas y ataques a nuestra nación.

Por su parte, el 16 de agosto se inauguró Mexico this month. El diseño en un diálogo necesario (1955-1971), en el marco de la sexta edición de World Design Capital, en el que la Ciudad de México fue designada como capital del diseño 2018.

Con Mexico This Month introdujo al mundo la obra de artistas mexicanos y reconoció su importante aportación en movimientos internacionales como el surrealismo, al igual que el trabajo de mujeres creadoras.

Brenner utilizó el patrimonio cultural mexicano para alentar a extranjeros a viajar a México. Dicha tarea la realizó en parte a través de Mexico This Month (1955-1972), referente cultural de la escena de arte mexicano. Con ella introdujo al mundo la obra de artistas mexicanos y reconoció su importante aportación en movimientos internacionales como el surrealismo, lo mismo que el trabajo de mujeres creadoras.

La exposición Mexico This Month… que permanecerá hasta el 30 de septiembre pretende promover la publicación desde el punto de vista del diseño, amén de reconocer la labor como editora de Brenner. 

Vidas y escenarios de otra época

Parte del hilo conductor de la colección es recuperar secuencias del pasado y preservar la identidad nacional, y con este acervo lo hace mediante la reconstrucción de una época. La colección de Tipos mexicanos, tarjetas de visita, vistas de México (ss. xix y xx), es una alegoría visual que ostenta modos de vida en estampas de escenarios, paisajes e individuos que arrojan información fundamental para descifrar y entender el contexto histórico de otras centurias. Compuesto por más de 2000 fotografías en distintas técnicas, es una suerte de florilegio de relatos del pasado que ilumina la distancia entre el presente y el tiempo retratado. Valleto y Compañía, Alfred Briquet, Félix Nadar, Hugo Brehme, Cruces y Campa, son algunos de los autores.

Alfred Briquet, Guardias rurales, albúmina.

En La fotografía durante el imperio de Maximiliano, editado por el Instituto de Investigaciones Estéticas de la unam, el investigador Arturo Aguilar Ochoa otorga un acercamiento puntual a los tipos mexicanos:

Los fotógrafos solo continuaban los pasos que ya otros artistas gráficos habían señalado. Los viajeros, especialmente, fueron los primeros en abordar durante el siglo xix el género costumbrista y los tipos humanos del país. Era natural que una visión del exterior se sorprendiera ante lo pintoresco y novedoso de los atuendos que se le presentaban en México. […] Junto a los monumentos antiguos, las panorámicas urbanas y la exuberancia del paisaje, los tipos mexicanos representaban una inagotable fuente de inspiración para los artistas europeos. A la población, inicialmente, se le vio como parte del paisaje, pero poco a poco se le hizo protagonista indiscutible del cuadro.

A las tarjetas de visita se les solía agregar una dedicatoria al reverso, lo cual las vuelve verdaderas historias personales dignas de preservar.

Las tarjetas de visita fueron un preciado elemento para la construcción de una identidad social que pudiera promoverse en cierto sector de la sociedad mexicana durante la segunda mitad del siglo xix. Este formato fue patentado y popularizado en Francia y llegó a utilizarse a manera de tarjeta de presentación, en la que era común aparecer portando cierta vestimenta, rodeado de mobiliario en un estudio. A estos objetos se solía agregar una dedicatoria al reverso, lo cual los vuelve verdaderas historias personales dignas de preservar. 

Dentro de la serie de vistas mexicanas se pueden encontrar maravillosos paisajes y sitios que al ser identificados producen sumo asombro. Como ejemplo hay piezas de Briquet del Canal de la Viga, de Xochimilco, lo mismo que de hermosos paisajes veracruzanos, transformados con el paso de los años. 

Valleto y Compañía, sin título, albúmina.

La colección se ha adherido a importantes exposiciones en recintos como el Museo Nacional de San Carlos y más recientemente en el Museo Nacional de Arte.

La mirada profunda de la colección

La fotografía estereoscópica es lo que hoy conocemos como foto tridimensional. Se popularizó a mitad del siglo xix y su encanto radica en el realismo que adquiere la lámina por la ilusión de profundidad, conseguida mediante dos imágenes iguales levemente desfasadas. 

Visores para fotografías estereoscópicas.

 

La mayoría de las fotografías estereoscópicas de la Colección Ricardo B. Salinas Pliego data de fines del siglo xix y principios del xix. Incluye registros impresos de paisajes, escenas urbanas, animales exóticos de México y otros lugares del mundo, al igual que negativos en vidrio, visores y otros artefactos para la producción y visualización de la obra. Hasta el día de hoy no se ha exhibido. Hablamos de un acervo importante y en desarrollo, evidencia de su carácter vivo y de la continua suma de valores que pretenden continuar una tarea. 

Como señala Calvino, parte de la fascinación de una colección radica en lo que revela, y la Colección Fotográfica Ricardo B. Salinas Pliego es un sorprendente convite de momentos históricos, retratos de identidad, de una evolución transcultural, de pérdidas. Es un compendio de testimonios de la memoria y carácter colectivo que se desprenden del patrimonio mexicano. La fascinación va de la mano de sendos menesteres. El tema de coleccionismo conlleva inmensa responsabilidad. Es una inversión mayor que hay que proteger ininterrumpidamente. No se trata de adquirir piezas y atesorarlas. Tras el rescate, la preservación es parte elemental del compromiso. Y es justamente el ahínco por continuar la labor de los autores de la colección, lo que sigue guiando a su coleccionista: recuperar, conservar, catalogar, difundir, gracias a lo cual hoy es posible disfrutar holgadamente de este invaluable legado a la historia, al arte y conocimiento humano.

 

Galerías, museos y centros culturales donde se ha expuesto la colección:

Ciudad de México:

  • Antiguo Colegio de San Ildefonso
  • Museo de la Ciudad de México
  • Museo de Arte Moderno
  • Museo Nacional de Arte
  • Museo Nacional de San Carlos
  • Museo del Palacio de Bellas Artes

En el interior del país:

  • Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey 
  • Centro Cultural Tijuana
  • Centro Cultural Jardín Borda

En el extranjero:

  • Los Angeles County Museum of Art
  • Museo del Barrio, Nueva York
  • Casa de América, Madrid
  • Skirball Cultural Center, Los Ángeles

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