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Música y ópera

El Gutenberg de la música

¿Qué implicaciones tiene la impresión del Odhecaton en la historia de la música? ¿Cómo se relaciona la invención de la imprenta con el pensamiento moderno de la música? El texto del ensayista José Manuel Recillas es un análisis crítico e histórico del primer libro impreso de la música polifónica y su relación con la fundamental figura de Ottaviano dei Petrucci, “el inventor del arte de impresor de canto figurado”, como se llamaba a sí mismo, y quien imprimió el Odhecaton, uno de los pilares de la historia de la música por ser la más antigua de las antologías impresas de la poesía y la música del siglo xv de fama en Europa.


Por José Manuel Recillas

En 1877 Friedrich Chrysander escribió en el Musical Times (vol. xviii, p. 324) un artículo, “A sketch of the history of music printing”, en el cual señala que “Ottaviano dei Petrucci es […] a la fecha el más prominente nombre con que contamos en la historia de la música impresa. Es el único vinculado con la música a quien podemos colocar al lado de Gutenberg”. 

Con 32 años de edad, dirigió una petición al príncipe en la que solicitaba el privilegio exclusivo de editar, por 20 años, música para voces, órgano y laúd.

Dei Petrucci nació el 18 de junio de 1466, dos años antes de que Gutenberg falleciera, en Fossombrone, cerca de Ancona, en los Estados Papales, y con 25 años de edad llegó a Venecia, la histórica ciudad que vería llegar en el futuro nombres como el de Schütz desde Marburgo, Hassler desde Nuremberg, así como Monteverdi y Vivaldi, en medio del furor del nuevo invento: la imprenta. El 25 de mayo de 1498, con 32 años de edad, dirigió una petición al príncipe en la que solicitaba el privilegio exclusivo de editar, por 20 años, música para voces, órgano y laúd. La petición aún se puede hallar en el Reale Archivio di Stato di Venezia, Notatorio, Collegio 1489-1499, car. 170, la cual fue reproducida por Anton Schmid, en Ottaviano dei Petrucci da Fossombrone, der erste Erfinder des Musiknotendruckes mit beweglichen Metalltypen (1845).

Petrucci siguió imprimiendo en Venecia por diez años, hasta que en 1508 la Liga de Cambrai comenzó una guerra contra Venecia, y en 1510, luego de infligirle una seria derrota a la república, Petrucci traspasó su negocio veneciano a Amadeo Scotto y Niccolo da Rafael, y regresó a Fossombrone. Domiciliado en los Estados papales, solicitó al papa Leonardo X el privilegio exclusivo de imprimir música por 15 años. Su solicitud fue aprobada el 22 de octubre de 1513. Su labor como impresor fue principalmente en Fossombrone, así como, finalmente, en Roma, hasta al menos 1526. Evidencia de su actividad hasta ese año llegó a la luz hace casi un siglo, en 1928 y 1929, con la reimpresión del cuarto volumen de su célebre colección Motetti de la corona, impreso en 1519. A partir de esa fecha, no sabemos de otras impresiones, pese a que vivió hasta el 7 de mayo de 1539. Es decir, hay veinte años entre su última edición y la fecha de su muerte.

Portada de Ottaviano dei Petrucci da Fossombrone, der erste erfinder des musiknotendruckes mit beweglichen metalltypen de Anton Schmid, 1845.

Para entonces, habían surgido otros impresores, los cuales habían aprendido a obtener resultados adecuados con una sola impresión. Petrucci había usado dos impresiones, quizás, en ocasiones, tres. Algunos estudiosos piensan que utilizó tres impresiones para imprimir el Odhecaton: una para el pentagrama, otra para las iniciales decorativas y el texto, y otra más para las notas. Otros, como Hugo Riemann y Emil Vogel, han pensado que sólo usó dos. Reproducciones de varias páginas, de copias del Odhecaton impreso en tres años diferentes, revelan desacuerdos en un texto lo suficientemente radical como para indicar que el texto no estaba impreso en dos instancias del mismo tipo, mientras que las mismas reproducciones muestran un acuerdo exacto en la música, por lo que respecta al contenido. Mecánicamente también muestran un acuerdo exacto, excepto por algunas diferencias en la dirección de las notas. Estas diferencias pueden representar nada más que ajustes menores realizados después de su impresión. Si es así, la música de las tres copias pudo haber sido impresa por el mismo tipo, aunque el texto se imprimió con otro. Las líneas del pentagrama, al principio de la carrera de Petrucci, fueron, hasta donde sabemos, siempre impresos de forma independiente. Sea cual sea el número de impresiones utilizados por Petrucci, los métodos de aquellos hombres más jóvenes fueron más económicos que los suyos. Es probable que dejara de producir sus especímenes de artesanía artística y dejara el campo abierto a sus rivales de mentalidad más comercial, cuando se dio cuenta del alto costo de su proceso.

Página interior de Motetti de la corona de Ottaviano dei Petrucci, 1519.

Portada y página interior de la obra Harmonice musices Odhecaton (1501), conservado en el Museo Internacional de la Música y Biblioteca Musical de Bolonia, Italia.

El Odhecaton es el más antiguo de los trabajos impresos sobre cuya fuerza se basa la posición de Petrucci como pionero comparable a Gutenberg. En él están representados los compositores más conocidos de la segunda mitad del siglo xv.

El Odhecaton es el más antiguo de los trabajos impresos sobre cuya fuerza se basa la posición de Petrucci como pionero comparable a Gutenberg. En él están representados los compositores más conocidos de la segunda mitad del siglo xv, y es una colección de música en partes, principalmente secular y probablemente destinada a instrumentos. Hay timbres (es decir, las primeras palabras de los textos de las canciones) debajo de las partes, pero los textos completos faltan prácticamente en todas partes. El libro apareció por primera vez en Venecia en 1501.

El primer ejemplo conocido, destinado a contener música, fue el Psalterium, aparecido en Maguncia en 1457.

Era natural que la producción triunfante de libros y documentos de Gutenberg, por medio de la imprenta, hubiese estimulado los esfuerzos para obtener música notada. Pero los problemas especiales presentados por la impresión de la notación musical fueron tales que siguieron siendo objeto de experimentos durante casi cincuenta años después de que Gutenberg estableciera la impresión de libros como arte práctico. El primer ejemplo conocido, destinado a contener música, fue el Psalterium, aparecido en Maguncia en 1457, por Johann Fust y Peter Schoeffer, quienes imprimieron su texto solamente, y dejaron espacios en blanco para la adición de la música en manuscrito. La práctica de dejar tales espacios en libros litúrgicos era común en toda Europa y continuó en uso incluso después de que la impresión se generalizara. Todavía hay copias que sobreviven en las cuales los espacios en blanco nunca fueron llenados. El Psalterium contiene impresión tanto en tinta negra como en tinta roja. Por lo tanto, es el más antiguo ejemplo conocido de impresión en tipos móviles de dos colores, que requiere dos impresiones. Al usar ambas tintas, Fust y Schoeffer intentaban imitar ciertas características de los libros litúrgicos manuscritos, porciones particulares de los cuales generalmente estaban escritos en rojo. Al hacer esto, emplearon un proceso que, varias décadas después, ayudó a resolver los problemas especiales presentados por la notación musical.

Página interior del Psalterium, 1457.

No sería ocioso referirnos también a algunos libros impresos en Venecia en 1480 y que contenían canzoni y bromas musicales. Estos libros no han vuelto a aparecer y no conocemos la naturaleza exacta de sus contenidos. Bottrigari (1531-1613) los mencionó en las siguientes palabras en una nota marginal en una copia del Dialogo della musica de Vincenzo Galilei, padre del astrónomo: Ho io delle canzoni e Barzollette en libri stampati fin dal 1480 en Venezia (Tengo algunas canciones y bromas en libros impresos hacia finales de 1480 en Venecia). Pero como fue a la Signoria de Venecia, la ciudad en la que estos habían aparecido, a la que Petrucci dirigió su petición del 25 de mayo de 1498, en la que se refirió a sí mismo como el inventor del arte de impresor de canto figurato, puede ser justo suponer que los libros contenían melodías de una sola línea, o bien libros con texto impreso, a los que se agregó música de manera manuscrita.

El Odhecaton contiene la más temprana muestra de un volumen completo de música impreso en partes y con tipos móviles.

Algunos de los cinco precursores de Petrucci tenían muchos imitadores antes de que apareciera el Odhecaton en 1501. Otto Kinkeldey tabula 37 libros litúrgicos con música impresa, aparecidos entre 1476 y 1499, y aunque todos usaron la notación de canto llano, las notas impresas también aparecieron antes que el Odhecaton. Pero, hasta donde sabemos, el Odhecaton contiene la más temprana muestra de música en partes impresa en tipos móviles, y es la primera instancia de un volumen completo (a diferencia de un mero ejemplo) de música en partes impreso por cualquier método.

Su valor principal radica en su posición en la historia de la música como un arte vivo, pues abrió el camino para la procesión, en forma impresa, de composiciones polifónicas, cuya difusión ayudó a hacer del siguiente siglo la edad de oro.

El valor principal del Odhecaton radica menos en su estatus como un hito en la historia de la tipografía, que en su posición en la historia de la música como un arte vivo, pues abrió el camino para la procesión, en forma impresa, de composiciones polifónicas, cuya difusión, en mayores cantidades y en áreas más amplias de las que estaban al alcance antes, ayudó materialmente a hacer que el siguiente siglo diese la edad de oro que resultó ser.

Portada del segundo volumen titulado Canti B. numero Cinquanta (1503).

El Odhecaton fue el primero de un conjunto de tres volúmenes, que se encontraban entre la primera docena de ejemplos de la maestría de Petrucci. En total, existen más de cincuenta obras impresas por él. El segundo volumen en el conjunto de tres, aparecido en 1502, lleva el nombre de Canti B. numero Cinquanta. El tercero, con fecha del 10 de febrero de 1503, se tituló Canti C No. Cento Cinquanta. La palabra Odhecaton deriva de ᾠδή (la contracción ática de ᾀoίδή, canción, capa) y ἑκατόν (hekatón) (cien). Pero, aunque el título significa Cien canciones, el contenido real comprende 96 composiciones: 49 para tres partes y 47 para cuatro, aunque en la página 55 hay una pieza para la cual se imprimen cinco partes. Es obvio que el nombre Odhecaton, que los comentaristas modernos a veces usan indiscriminadamente para indicar cualquiera de los tres volúmenes del conjunto (con la letra A, B o C, después de él) se aplica correctamente sólo al primero. Los títulos de los otros dos, como Odhecaton, indican solamente números redondos. Canti B contiene 49, no 50. Canti C contiene 137; no 150. Hay un total de 282 composiciones en el conjunto.

Han salido a la luz siete copias de sus impresiones de la colección de Petrucci, una de las cuales fue propiedad de un hijo de Cristóbal Colón, ninguna de las cuales fue redescubierta hasta mediados del siglo xix. Sin embargo, se sabía que la obra había sido impresa por su mención en Prattica di Musica (1592) de Zacconi; El Melopeo y Maestro de Cerone (1613); y Pandects (1548) de Konrad Gesner. Zacconi dio la fecha de publicación como 1503; Cerone como 1507. Ninguna fecha es aplicable a la primera edición. “1507” es probablemente un error de impresión. De los siete ejemplares descubiertos, el más interesante, por sus conexiones con la historia, es el de las dos copias en España, una en la Biblioteca Colombina de Sevilla, y la otra en la Biblioteca Medinaceli de Madrid. La copia de Sevilla fue comprada por Ferdinando Columbus (Hernando Colón), hijo de Cristóbal Colón y fundador de la Biblioteca Colombina, que todavía la alberga, y está fechada 14 de enero de 1502 (1503 de nuestro calendario). Quizás Zacconi tenía conocimiento de esta impresión, pero no del primero, y se refería a ella cuando dio la fecha de publicación del Odhecaton como 1503, a pesar de que su propia Prattica, en la que lo mencionó, se imprimió en Venecia también. Adicionalmente, la copia hallada en el Liceo Musicale de Boloña por su bibliotecario Gaetano Gaspari, descrita en 1856 por Angelo Catelani, y fechado mayo 15, 1501.

La primacía del Odhecaton no ha llegado hasta nuestros días sin algo de polémica y cierta quisquillosidad de los especialistas, como suele suceder casi siempre. La mayoría lo ha considerado libremente como el primer libro impreso de música polifónica, mientras otros calificaron la distinción al agregar frases como “impreso en tipos móviles” o “impreso en más de una impresión”. Con el descubrimiento de la copia de Boloña, se discutió por un tiempo si ésta era de hecho la primera edición; la controversia se resolvió mediante una aceptación general de la primacía de la copia de Boloña, aunque esta aceptación nunca se ha basado en ningún estudio bibliográfico sólido.

Su primera edición moderna apareció, bajo el título de Harmonice Musices Odhecaton A, y fue hecha por Helen Hewitt en el aspecto musicológico, con una edición de los textos literarios por Isabel Pope, auspiciados por The Mediaeval Academy of America. De las introducciones y anotaciones literarias presentadas por ambos editores en el Odhecaton surgen varias conclusiones interesantes. Una de ellas se refiere a la difusión internacional de temas, tanto textuales como musicales, a finales de la Edad Media. Sin duda, hace mucho tiempo que los historiadores de la literatura han notado que los poemas de los siglos xiii y xiv fueron copiados, admirados y traducidos de un país a otro y de un idioma a otro. Los textos latinos siempre podían migrar libremente en una época en la que se disfrutaba del uso de esta venerable lengua auxiliar. Pero también hay ejemplos instructivos de imitación y traducción en lengua vernácula. Geoffrey Chaucer, como es bien sabido, adaptó los escritos líricos de contemporáneos franceses como Guillaume de Machaut, Jean Froissart y Eustache Deschamps, cuya admiración trascendió las enemistades políticas de la Guerra de los Cien Años. Otro de sus maestros fue Oton de Graunson, un poeta admirado e imitado, no sólo en Inglaterra por Chaucer, sino también en Portugal, y en España, donde fue prisionero de guerra. Flandes ofreció un lugar de encuentro conveniente para los poetas que usaban francés y flamenco, e inglés y francés, durante el reinado de Eduardo III de Inglaterra. Desde la época de los primeros trovadores hasta el período de los precursores de Dante, los mismos impulsos líricos habían afectado a los escritores que usaban varios dialectos del español, el provenzal, el italiano y el siciliano.

El Odhecaton se convirtió en una suerte de antología internacional de la poesía y música en boga en la Europa de hace medio milenio.

Con una historia tan temprana, las palabras y la música de poemas todavía se estaban ofreciendo a un público internacional en el primer período de impresión. El Odhecaton, impreso en Venecia por un italiano, contenía (bastante apropiadamente) composiciones casi exclusivamente holandesas, y apuntado por sus íncipits a textos en seis idiomas diferentes, convirtiéndose, de esa manera, en una suerte de antología internacional de la poesía y música en boga en la Europa de hace medio milenio. Algo debería decirnos de nuestra actual forma de entender la música y la poesía de nuestra época.



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