Acerca de la obra
En 1499 aparece en Burgos sin firma la Comedia de Calisto y Melibea en dieciséis actos. En ediciones posteriores (los especialistas en la obra discuten si es desde 1500 a 1514), además de con diferente título, aparece el nombre del autor: Tragicomedia de Calisto y Melibea en veintiún actos, con un prólogo añadido por el propio autor: Fernando de Rojas.
Escribe en el prólogo: “Otros han litigado sobre el nombre, diciendo que no se había de llamar comedia, pues acababa en tristeza, sino que se llamase tragedia. El primer autor quiso darle denominación del principio, que fue placer, y llamola comedia. Yo, viendo estas discordias, entre estos extremos partí ahora por medio la porfía y llamela tragicomedia...”
La obra de Fernando de Rojas (1470-1541), a través de su icónico personaje Celestina, indaga en la naturaleza de los sentimientos más obscuros del ser humano y sus apetitos primarios exacerbados. En esta espléndida adaptación que consta de veinte escenas, Rosenda Monteros (1935-2018) extrae lo fundamental para que su Celestina nos siga conmocionando y fascinando. De manera generosa, nos ha convocado para ser parte de esta puesta en escena, que es a su vez un tributo concebido “como un homenaje al castellano”.
Celestina centra su vida en un particular afán que para mí es el vicio más antiguo del ser humano, la corrupción de la pureza, que consigue a través de la aceleración del tiempo en los procesos naturales de vida de cada persona. “Schadenfreude: la dicha por el mal ajeno”. Ya sea por dinero o por placer, está dispuesta a aliarse al mismo demonio con tal de obtener sus fines; no repara en el daño que causa, lo disfruta. Entiende los deseos de los demás y los provoca para que sucumban a ellos sin detenerse en los perjuicios.
Quiere recuperar, a través de incidir en otros, lo imposible: el tiempo.
Para poner aparte:
Ensayo fotográfico la puesta en escena de La Celestina por la Compañía Nacional de Teatro. Adaptación de Rosenda Monteros, dirección de Ruby Tagle. Fotografías de Sergio Carreón.