Pocas obras dirigen su horizonte a las estrellas como la Comedia. Como sabemos, cada una de sus partes, Infierno, Purgatorio y Paraíso, concluye con una alusión estelar. Más aún, en una antología de los versos más famosos, sin duda el “Amor que mueve al Sol y demás estrellas”, culmen del canto XXXIII del Paraíso[1] y de la obra, ocuparía sitial privilegiado. De modo que poco sorprende que en este 2021, todavía en la zozobra del trastrocamiento planetario de la pandemia, al igual que el poeta en su periplo, nos asomemos a ver nuevamente las estrellas –E quindi uscimmo a riveder le stelle–, especialmente para conmemorar el aniversario luctuoso setecientos del visionario Dante Alighieri, creador de esta cumbre de la poesía y del genio humano.
Con tales circunstancias, no es casual que asumamos esta visión cósmica como una metonimia de nuestra esperanza por un mejor horizonte y que la luz imperecedera de los valores nos guíe a través de las tinieblas. No se trata sólo de celebrar, sino de atisbar luces para esta época de oscuridad. Precisamente, José María Micó y Marco Perilli, autores de una titánica traducción de la Comedia y de un volumen sobre el Supremo Poeta, respectivamente, sostienen una conversación epistolar para razonar el legado, actualidad y enseñanza del gran poema. Además, Perilli, en un capítulo de su libro Dante, relaciona –y reflexiona– el Infierno con nuestra cotidianidad, y lee sus escenarios contra el telón de la actualidad. Cerramos este breve dossier con panorámicas en torno al diálogo que la música y la pintura han entablado con la Divina comedia en el curso de los siglos.
Si bien la del florentino es la conmemoración más rutilante, no es por supuesto la única del año, como ya adelantamos en el número 10, dedicado a recordar y pensar varios de los acontecimientos cuyas efemérides se cumplen en 2021. Sumamos dos más: las dos décadas de la desaparición física del gran director de ópera Giuseppe Sinopoli, cuya evocación efectúa Sergio Vela, amigo suyo; y los treinta años de la publicación de la música de Todas las mañanas del mundo, exitosa cinta francesa que corroboró el auge del criterio historicista en las interpretaciones musicales de época, cuya banda sonora debemos a Jordi Savall.
En otras miradas, completan nuestra entrega primaveral un coloquio sobre la restauración digital del filme Río Escondido; la importancia como puente entre culturas de Mexico/this month, la gran revista de divulgación de Anita Brenner; un ensayo biográfico sobre la relación de Manuel M. Ponce y Andrés Segovia; y una conmovedora despedida a nuestro colaborador y amigo el melómano Luis Pérez Santoja, recientemente fallecido.
Sirvan estas palabras como incitadora prueba que estimule sus apetitos, y en consecuencia degusten con fruición el banquete de ideas que tenemos para esta estación regeneradora.