Música

Un par de tríos: El Archiduque y el Fantasma


Por Juan Arturo Brennan

Trío de piano n.º 7 en si bemol mayor, op. 97, “Archiduque”

I. Allegro moderato
II. Scherzo: Allegro
III. Andante cantabile, ma però con moto – Poco più adagio
IV. Allegro moderato – Presto                                                                     

El crítico musical Juan Arturo Brennan nos habla de la obra:

Escuchen en nuestra playlist de spotify Beethoven 250 años, Trío para piano, violín y violonchelo en si bemol mayor, op. 97 “Archiduque”, en la interpretación de Stuttgart Piano Trio (Trío de Piano de Stuttgart): Rainer Kussmaul, violín; Claus Kanngiesser, violonchelo; Monika Leonhard, piano

Una grabación del sello Naxos en español

 

Trío de piano n.º 5 en re mayor, op. 70 n.º 1, “Fantasma”     

I. Allegro vivce e con brio
II. Largo assai ed espressivo
III. Presto

El crítico musical Juan Arturo Brennan nos habla de la obra:

Escuchen en nuestra playlist de spotify Beethoven 250 años, Trío para piano, violín y violonchelo en re mayor, op. 70 n.º 1 “Fantasma, en la interpretación de TrioVanBeethoven:Verena Stourzh, violín; Franz Ortner, violonchelo; Clemens Zeilinger, piano

Una grabación del sello Gramola

Notas al Programa 5

Bach es como un astrónomo que, con la ayuda de cifras, encuentra las estrellas más maravillosas. Beethoven abrazó al universo con el poder de su espíritu.

Frédéric Chopin

 

Por razones históricas y cronológicas evidentes, los tríos con piano de Ludwig van Beethoven (1770-1827) ocupan un sitio especial en su catálogo. El Trío Op. 1 No. 1 es una obra especialmente interesante, ya que se trata de la primera de sus composiciones registradas oficialmente en su catálogo. El Op. 1 del catálogo beethoveniano consta de tres tríos para violín, violonchelo y piano compuestos entre 1794 y 1795. Con el objeto de instalarse en la que por entonces era considerada como la capital musical del mundo, Beethoven se mudó de Bonn a Viena en noviembre de 1792, y ya no abandonaría esta ciudad durante el resto de su vida. Los primeros años de su estancia en Viena estuvieron marcados por dificultades económicas y, muy pronto, acudieron en su socorro algunos miembros de la nobleza. Uno de los primeros fue el príncipe melómano Karl von Lichnowsky, quien cedió a Beethoven un generoso espacio en una de sus mansiones en Viena, y se convirtió de uno de los más importantes patronos del compositor. Fue en esa época que Beethoven compuso los tríos del Op. 1, pertenecientes a lo que se ha dado en considerar su primer período creativo, que abarca hasta aproximadamente 1802. Desde esta temprana obra con la que el compositor inaugura su catálogo numerado, Beethoven presenta ya los esbozos de algunas características musicales que habrían de llegar a fructificar plenamente en su siguiente período creativo. Una de esas características, surgida muy temprano en la carrera de Beethoven y uno de sus sellos inconfundibles, es la importancia capital que el compositor da al piano como un auténtico primus inter pares, a diferencia de muchos de sus contemporáneos que, en este tipo de piezas de cámara, asignaban al piano un rol de acompañamiento para las cuerdas y los alientos. Con el paso del tiempo, Beethoven habría de escribir otros cinco tríos con piano, que están identificados en su catálogo con los números Opp. 11, 70, 97 (1 y 2) y 121a. Existe también otro trío, de fecha incierta, catalogado como WoO 38.

Suele decirse que uno de los cambios más notables en el pensamiento musical de Beethoven a lo largo de lo que suele llamarse su segundo período es el abandono de una cierta concepción “sinfónica” que habita algunas de sus obras de cámara en favor de una expresión más lírica. Otra característica notable de esta etapa creativa del compositor radica en que, como lo afirman Kerman y Tyson, el entusiasmo y el impetuoso atrevimiento de Beethoven comenzaron a ser atemperados por un virtuosismo técnico creciente. Como una de las muestras notables de estas características, suele mencionarse el más famoso de los tríos de Beethoven, el Trío Op. 97, Archiduque. El musicólogo Robert Fiske describe con estas palabras al archiduque Rodolfo, hermano menor del emperador de Austria, y quien llegó a ocupar el puesto de arzobispo en Olmütz:

El archiduque era un robusto y poco atractivo joven que tomó clases con Beethoven de 1803 a 1806, compuso un poco y tocaba el piano suficientemente bien como para abordar algunos de los conciertos de Beethoven. El archiduque era plenamente capaz de distinguir entre las obras importantes y las piezas menores del compositor, y se le vio mostrar su disgusto cuando Beethoven dedicaba una obra maestra a otra persona. Al archiduque debe recordársele con gratitud por haber organizado en 1809 una anualidad para evitar las penurias al compositor, a condición de que no intentara obtener empleo fuera de Viena.

Entre las características destacadas del Trío Archiduque está su ambiciosa y extensa estructura en cuatro movimientos, así como la sabiduría aplicada a las variaciones del segundo de ellos, y el hecho de que el tercero y el cuarto están ligados sin pausa. Beethoven compuso el Trío Archiduque entre 1810 y 1811, y tocó la parte de piano en el estreno de la obra (11 de abril de 1814) realizado en el salón de un hotel de Viena, con Ignaz Schuppanzigh en el violín y Josef Linke en el violonchelo. Unas semanas más tarde, el compositor volvió a tocar esta obra, y ya nunca más volvería a tocar el piano en público, debido a su avanzada sordera. Es interesante que sea precisamente este Trío Op 97 el que sea conocido como Archiduque, ya que Beethoven dedicó también al archiduque Rodolfo sus Conciertos para piano Nos. 4 y 5, tres sonatas para piano, la Gran fuga para cuarteto de cuerdas y la Misa en re mayor.

 

La naturaleza explotaría si intentara producir solamente Beethovens.

Robert Schumann

 

El año 1808 fue un año muy activo y productivo para Beethoven, a pesar de que el compositor no había resuelto el problema de encontrar una fuente fija y confiable de ingresos. Las contribuciones de los diversos aristócratas que lo admiraban, los honorarios percibidos por las dedicatorias de sus partituras y el pago que los editores le hacían por su música, no eran suficientes para solventar sus gastos. Como bien lo señalan Kerman y Tyson, Beethoven quería sobrevivir como músico en la ciudad en la que Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) había muerto en la pobreza apenas un par de décadas antes. Fue en este tiempo y en estas circunstancias que Beethoven compuso su Sinfonía Pastoral, la sexta de su catálogo, y de inmediato, los dos Tríos Op. 70. Estas dos obras camerísticas fueron escritas durante una estancia de Beethoven en la propiedad de la condesa Marie von Erdődy, por lo que ambas partituras están dedicadas a la noble dama. En el contexto de la producción de tríos con piano de Beethoven, el Trío Op. 70 No. 1 es el segundo más conocido y famoso, después del notable Trío Archiduque Op. 97. Entre los datos que es posible encontrar aquí y allá sobre el Trío Op. 70 No. 1 están los siguientes:

1.- Que el Trío contiene algunos temas que se hallan en el segundo movimiento de su Sinfonía No. 2 (1801-1802).

2.- Que se le puso el sobrenombre de Fantasma debido a su misterioso y extrañamente instrumentado segundo movimiento.

3.- Que esta inquietante música fantasmal pudo haber surgido de algunos bosquejos que Beethoven habría realizado para una ópera sobre el Macbeth de Shakespeare que nunca se materializó.

Los dos Tríos Op. 70 fueron publicados en Leipzig en 1809.

                                                                          

                                                                          Juan Arturo Brennan

 



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