Cuatro personajes fueron determinantes para despertar la inspiración poética y musical de Guillaume de Machaut: el rey Juan I, de Luxemburgo; Carlos V, rey de Francia; Carlos II, rey de Navarra; y la joven Péronne d’Unchair, dama de Armentières.
Carlos V de Francia, miembro de la casa de los Valois , nació el 21 de enero de 1338. Llamado El Sabio, fue rey de Francia de 1364 hasta su muerte en 1380. Su reinado marcó un punto álgido para Francia durante la Guerra de los Cien Años, cuando sus ejércitos recuperaron un amplio territorio cedido a Inglaterra en el Tratado de Brétigny, firmado el 8 de mayo de 1360, por el que se cedía una tercera parte del oeste de Francia –principalmente Aquitania y Gascuña– a los ingleses y se reducía el rescate del rey Juan II, padre de Carlos V, que había sido prisionero, a tres millones de ecus.
Hijo de Juan II de Francia y Bonne de Luxemburgo, Carlos nació en el hermoso castillo de Vincennes en las afueras de París. Cuando su padre ascendió al trono en 1350, Carlos se convirtió en Delfín de Francia. Fue el primer heredero en llevar ese título, cuyo nombre proviene de la región del Dauphiné (delfinado), adquirida por Felipe VI de Francia, abuelo de Carlos.
El futuro monarca era muy inteligente, culto y amante del lujo, pero físicamente débil, de piel pálida, cuerpo delgado y mal proporcionado. Tan agudo era el contraste con su padre, que era alto, fuerte y de pelo rubio, que los chismes de la época sugerían que no era hijo suyo. Rumores similares recaerían sobre el nieto, Carlos VII.
Carlos fue coronado rey de Francia en 1364 en la catedral de Reims, donde era canónigo Guillaume de Machaut.
Carlos fue coronado rey de Francia en 1364 en la catedral de Reims, donde era canónigo Guillaume de Machaut, a quien el propio rey visitó en su casa en 1361, seguramente para encargarle el relato histórico La toma de Alejandría, sobre Pedro de Lusignan, después Pedro I , rey de Chipre, que pertenecía a una noble familia francesa elevada por los cruzados al trono de la isla. Carlos era discreto y reservado, con ojos penetrantes, nariz larga y costumbres graves. Sufría de gota en la mano derecha y abscesos en el brazo izquierdo, posiblemente efecto secundario de un intento de envenenamiento que sufrió en 1359. Los doctores pudieron tratar la herida, pero le dijeron que si llegaba a secarse, moriría en el término de 15 días. “No es sorprendente que el rey viviera bajo el sentido de apremio”. Su actitud pudo haber ocultado un lado más emocional. Su matrimonio con Juana de Borbón fue considerado muy sólido y no trató de ocultar su dolor en el funeral de la reina o en el de sus hijos, cinco de los cuales le precedieron. El reinado de Carlos V de Francia estuvo dominado por la guerra contra los ingleses y dos problemas principales: la recuperación de los territorios cedidos en el Tratado de Bretigny y la liberación de las tierras de los Tard-Venus, grupos de mercenarios dedicados al robo y al pillaje que aparecieron después de la firma del tratado. Para lograr estos objetivos, Carlos recurrió a un noble menor de Bretaña, Bertrand du Guesclin, llamado El Perro Negro de Brocéliande. Du Guesclin, experto en el ataque con guerrillas, peleó con éxito contra los ingleses durante la guerra de sucesión bretona (1341-1364) y también venció a Carlos II de Navarra en la batalla de Cocherel en 1364.
Carlos V pasó sus últimos años consolidando Normandía. Las negociaciones de paz con los ingleses no tuvieron éxito y los impuestos recaudados para pagar las guerras habían causado profundo malestar entre las clases trabajadoras. Los abscesos del brazo izquierdo del rey se secaron a principios de septiembre de 1380, así que se preparó para morir. En su lecho mortuorio, quizá temiendo por su alma, Carlos anunció la abolición del impuesto por hogares, fundamento de las finanzas del gobierno. Hubiera sido imposible llevar a cabo la orden –aunque se conocieron sus términos–, la nobleza se opuso a reducir cualquier impuesto, lo que aumentó el descontento que desembocó en el famoso levantamiento de los maillotins (mazos) en 1381. El rey murió el 16 de septiembre de 1380 y fue sepultado en la basílica de Saint-Denis, en Francia. El sucesor fue su hijo, Carlos VI, El Bienamado o El Loco, quien entonces contaba con doce años de edad.
La biografía que en 1404 escribió la francesa de origen italiano, Christine de Pizan, por encargo de Felipe de Borgoña, El Atrevido (hermano del monarca), aportó numerosos detalles íntimos, pero también proveyó un ejemplo moral para sus sucesores.
Carlos V reconstruyó varios edificios de importancia al estilo de finales del siglo XIV, incluida la Bastilla, el Louvre, el castillo de Vincennes y el castillo de Saint-Germain-en-Laye, que fueron ampliamente copiados por la nobleza de la época y dieron inicio a una nueva era para la arquitectura principesca. La reputación de Carlos fue de gran importancia para la posteridad, especialmente porque sus cortesanos querían que los monarcas sucesores adoptaran su estilo de gobernar. La biografía que en 1404 escribió la francesa de origen italiano, Christine de Pizan, por encargo de Felipe de Borgoña, El Atrevido (hermano del monarca), aportó numerosos detalles íntimos, pero también proveyó un ejemplo moral para sus sucesores. Se basa en gran medida en la obra de Nicole Oresme, que tradujo las obras morales de Aristóteles al francés, y Giles de Roma. Philipe de Mézières trata de convencer al delfín (el futuro Carlos VI) de seguir el ejemplo de su sabio padre, especialmente en cuanto a piedad, aunque también lo incita a imitar el celo reformista en todas las cuestiones políticas.
En el programa cultural de Carlos V su vasta biblioteca tuvo lugar preponderante. Ubicada en el ampliado Louvre, la describe con detalle Léopold Delisle, historiador francés del siglo XIX. Comprendía 1200 volúmenes y era símbolo de la autoridad y magnificencia regias, pero también de su preocupación por el bien común. Carlos estaba interesado en adquirir copias de obras en francés a fin de que sus consejeros las consultaran. Las más significativas fueron las de Nicole Oresme, primer traductor de la Política, Ética y Economía de Aristóteles, en un francés elocuente (un intento anterior se había hecho con la Política, pero se perdió el manuscrito). Si la Política y la Economía servían como manuales de gobierno, entonces la Ética debía servir para ser un buen hombre, decía al rey.
Otras obras importantes encargadas para la biblioteca real fueron el tratado legal anónimo Songe du Vergier, grandemente inspirado en los debates de los juristas de Felipe IV con el papa Bonifacio VIII, las traducciones de Raol de Presles, que incluían La ciudad de Dios de San Agustín y la producción de las Grandes crónicas de Francia, editadas en 1377 para subrayar el vasallaje de Eduardo III de Inglaterra.
La monarquía de Carlos daba gran énfasis a la ceremonia real, a la teoría política científica y a las artes y, tanto para los contemporáneos como para la posteridad, su estilo de vida encarnaba, al mismo tiempo, la vida meditativa aconsejada por Aristóteles y el modelo de la monarquía francesa derivada de San Luis, Carlomagno y Clodoveo.
Guillaume de Machaut, canónigo de Reims, es la figura musical más importante del reinado de Carlos V. No sin ciertas reservas, se acepta que nació en 1300. En la localidad de Machault, al nordeste de Reims, se ha documentado la existencia de Wuillaume Machaux –que vivía en Reims en 1310– y podría haber sido su padre. Es probable que haya estudiado en la Universidad de París. Las primeras referencias confiables sobre la vida de Guillaume provienen de una serie de bulas papales que lo mencionan como un “clérigo, secretario” al servicio de Juan de Luxemburgo, “el real aventurero vagabundo de Bohemia”. Los padres de Juan fueron Margarita de Brabante y el emperador Enrique VII, quien proporcionó un trono a su hijo en 1310. Machaut viviría veinte agitados años al servicio de este noble apasionado de los banquetes, torneos, combates violentos, damas adorables, fiestas y campañas de guerra. Gracias a ello, Machaut visió Francia, Luxemburgo, Flandes, Italia, Hungría, Polonia, Bohemia, Silesia, Prusia y Lituania; un universo de conocimientos, sin duda, poco común para la época, pero también se vio forzado a soportar las incomodidades propias de los viajes largos de aquellos tiempos (1333), como fatiga, hambre y frío en países en los que desconocía su idioma.
Tras quedar ciego en 1340, a causa de cataratas, el rey Juan pidió que le llevaran a los médicos más afamados de la época. Lo atendieron tres. El primero, procedente de Francia, nada pudo hacer por el monarca, quien ordenó metieran al médico en un costal y lo arrojaran al río. El segundo, un sagaz médico árabe de avanzados conocimientos, exigió como requisito para la consulta, la firma de un documento que le garantizara su vida; tampoco pudo devolver la vista al rey, pero al menos conservó la vida. Guy de Chauliac, considerado el más famoso cirujano de la Edad Media, fue el tercer galeno; sus tratamientos también resultaron infructuosos. A pesar de su ceguera casi total, el rey Juan participó en la batalla de Crécy, donde perdió heroicamente la vida combatiendo para el bando francés, pues su hermana se había casado con el anterior rey de Francia y su hija había contraído matrimonio con el hijo del rey.
Sucedió a Juan como rey de Bohemia, su hijo, más tarde uno de los grandes emperadores del Sacro Imperio Romano con el nombre de Carlos IV. La batalla de Crécy, en 1346, se recuerda, entre otras cosas, porque a pesar de que la entrenada caballería francesa contaba con armaduras y ballestas, la abatió la entrenada arquería inglesa, que puso en práctica nuevas estrategias militares.
A través de las bulas, los papas y obispos concedieron beneficios, entre otras ordenanzas, para mejorar los ingresos de las personas a sus servicios. La bula de 1335, otorgada por el papa Benedicto XII, confirma la canonjía de Machaut en Reims; le permite conservar otra en San Quintín –donde nunca vivió aunque compuso el motete Martyrum geema en honor de su santo patrón–; además la capellanía en la diócesis de Arrás. En el siglo XIV los canónigos no eran siempre sacerdotes ordenados; las canonjías se les otorgaban generalmente como fuente de ingresos a diáconos que no vivían en la comunidad de una casa capitular. De hecho, es probable que la primera composición de Machaut, que al parecer data de 1324, fuera su canción El buen pastor Guillermo, compuesta con motivo de la elección de Guillermo de Trie como arzobispo de Reims.
La principal función de los 72 canónigos de Reims, que hacia 1340 tenían prohibido llevar el pelo largo, era la de cantar en los oficios y cumplir con un número mínimo de misas por año. Complementaban el salario asignado, con una cantidad adicional por cada oficio en el que participaran. Las prebendas les suministraban raciones diarias o periódicas de vino, pan, hortalizas y leña. No tenían que ser sacerdotes ordenados; Machaut, al parecer, fue un clérigo tonsurado que vivió en su propia casa, al lado de la catedral, en la que más tarde se le unió su hermano menor, Jean de Machaut, quien luego sería canónigo en Reims, tras haber servido, igualmente a Juan de Luxemburgo.
Es probable que la primera composición de Machaut, que al parecer data de 1324, fuera su canción El buen pastor Guillermo, compuesta con motivo de la elección de Guillermo de Trie como arzobispo de Reims.
Antes de la muerte del rey, Machaut, trabajó al servicio de Bonne, hija del monarca, casada con el duque de Normandía. Tenía las mismas obligaciones: aportar poemas y canciones. A partir de 1346, Machaut escribió relatos y poemas para figuras de muy alto rango, como Juan, duque de Berry (1340-1416), tercer hijo de Juan II y famoso promotor de las artes, que encargó más tarde algunos de los manuscritos más admirablemente iluminados de la época, en los que seguramente Machaut aprendió el arte de la miniatura y el grabado. Por su parte, Amadeo VI, conde de Saboya, al que también sirvió Machaut, compró un manuscrito con las obras del poeta; uno de sus últimos relatos (El cuento de la flor de lis y la margarita) lo dedicó a Felipe II, duque de Borgoña, conocido como El Atrevido, por el arrojo que mostró en la batalla de Poitiers con tan sólo 15 años de edad. Es en su poema narrativo El juicio del rey de Navarra, que describe con enorme dramatismo los horrores de las guerras, las plagas y la peste, obra dedicada a su también patrón Carlos II, rey de Navarra.
Era hombre de pequeña estatura, pero de ingenio vivaz y ojos perspicaces; elocuente e ingenioso, astuto y capaz de asegurarse fidelidades verdaderas. Arrastró al pueblo de París con su palabra fácil y su atractivo personal, superior al de los otros príncipes. Insinuante, supo conducir las negociaciones a su favor, frente a reyes avezados en el trato diplomático, pero a la vez era duro y sin escrúpulos.
Así describe el monje Saint-Denis a Carlos II, rey de Navarra, su contemporáneo. Estas afirmaciones coinciden con las palabras del padre Alesón, que aseguraba que
el Rey era demasiado ardiente y violento y necesitaba mucho de la corrección de sus padres, príncipes benignos y muy templados, particularmente en aquella edad en que la naturaleza se declara y toma el partido de la virtud o del vicio y el entendimiento, aunque sea como el sol de la primavera, que tiene fuerza para levantar vapores y no las tiene para disiparlos.
Es muy probable que el carácter de Carlos II se haya visto influido por la prematura muerte de sus padres, Juana II, reina propietaria de Navarra, y Felipe, El Noble.
Por su parte el historiador Cañas Gálvez señala:
Personaje maltratado por la historiografía, su interesante reinado debería ser revisado. El apodo de El Malo, con el que ha pasado a la historia es muy posterior a su tiempo. Fue don Rodrigo Ramírez de Ávalos de la Piscina, historiador del siglo XVI y descendiente de Juan Ramírez de Arellano, asesinado por órdenes del “rey Malo”, quien lo utilizó por vez primera.
Añade Gálvez:
Cuando Carlos II fue proclamado rey de Navarra, tenía 17 años y un futuro incierto como aspirante a ocupar el trono de Francia. Convertirse en protector del ya entonces afamado poeta y músico Guillaume de Machaut, muy bien relacionado con la corte, suponía de hecho para Carlos un prestigio a su favor y una relativa seguridad en momentos de gran inestabilidad política. La relación entre ambos duró aproximadamente diez años, en los que la fortuna sonrió unas veces y otras mostró su cara más adversa a Carlos II, que fue hecho prisionero por el rey de Francia en abril de 1356, tras fracasar sus intentos de alianza con Inglaterra.
Le jugement du roi de Navarre, poema narrativo que consta de más de 4200 versos, se inscribe en el género del debate y procede de un texto anterior del poeta: Le jugement du roi de Bohême. La cuestión que plantea es la siguiente: el amante de una dama ha muerto y un caballero ha sido traicionado por su dama, ¿qué es más doloroso? El rey de Bohemia se había inclinado por el caballero, en tanto que la dama Bonneürté se queja de este juicio con el poeta, quien recoge la cuestión e interviene ahora como protagonista del debate. El poeta defiende la posición del rey: el caballero traicionado es el más desfavorecido. Pero en la nueva versión, con sabiduría artística, el rey de Navarra, que ha sido escogido como juez, le condena a una “enmienda” poética, pues debe componer un virelai y una ballade. Así, el conflicto se resuelve con música.
Contrariamente a lo que sucede en otros textos suyos, el poeta no aparece como amante. Es un clérigo que estudia por la noche y se perfecciona en las actividades caballerescas durante el día. De hecho, la caza lo distrae curiosamente de su atención a las damas. Ciertamente lo que se conserva es una visión parcial, tanto de los textos del Jugement como de las obras musicales de Machaut, que han sido integradas de tal forma que ofrezcan la suficiente significación como para “construir” un relato de cierta coherencia. Así, su primera sección consta de una magistral descripción de los horrores de la peste negra, de las guerras –entre ellas la de los Cien Años–; el desorden cósmico (eclipses, cometas, lluvias de sangre, temblores de tierra), meteorológico (lluvia, frío, viento, truenos), y social (guerras), incluso entre familias. Dios se venga de este gran desorden enviando la peste. La segunda sección se centra más en el tema cortesano propuesto al rey de Navarra, en el cual el monarca debe decidir si el dolor de una dama, cuyo amante ha muerto, podría ser mayor al de un caballero traicionado por su dama.
La vida de Machaut no estuvoexenta de episodios emocionantes, dignos d e una novela de aventuras como los años en que se encontró al borde de la muerte por la peste negra, o la historia de amor excepcionalmente bella en el ocaso de su vida.
Exquisitamente educado, la vida de Machaut, –según la describe José C. Cabello–, no estuvo exenta de episodios emocionantes, dignos de una novela de aventuras, como el periodo en que estuvo al servicio del rey de Bohemia; la manera en que fue admirado y respetado por la nobleza; los años en que se encontró al borde de la muerte por la peste negra; o la historia de amor excepcionalmente bella en el ocaso de su vida, que lo llevó a experimentar una segunda juventud durante su relación casi mágica con la joven de 19 años, Péronne d’Armentières, aventura que el poeta narra en su obra Le voir dit (Verdadera narración), cuya veracidad se ha cuestionado.
Péronne d’Unchair, dama de Armentières, era una joven noble, al parecer bella, amante de la música y la poesía, que a través de su secretario Henry envió una carta a Machaut, en la que le ofrece su corazón y le ruega que inicien una correspondencia amorosa. Es comprensible que Guillaume se sintiera halagado, pues para entonces tenía 60 años, que en aquellos tiempos era una edad más que respetable. El músico y poeta casi anciano sufría diversos achaques, no tenía visión en un ojo y la gota le atormentaba. La forma en que la joven se dirige a él declarándole su amor, sin importarle su aspecto físico ni su edad, la ingenua intrepidez con que le incita a corresponderle amorosamente y el orgullo con que proclama a los cuatro vientos su relación, le infundieron a Machaut nuevas fuerzas. En un arrebato de excepcional inspiración compuso más de nueve mil versos, (el más largo de sus poemas narrativos), que incluyen parte de las cartas intercambiadas por los dos enamorados, además de ocho excelentes piezas musicales. Péronne, a la que se refiere como Toute-Belle (Bellísima) es a la vez, discreta y audaz, ingenua e inteligente, culta y amorosa. Por su parte, el apasionado Machaut reacciona con amorosa pasión para luego lamentar haberla conocido tan tarde. Finalmente ella le pide terminar con su relación, seguramente porque estaba en perspectiva su matrimonio. Aunque quizás él mismo diera por bueno ese juego, consciente de que tarde o temprano tendría que acabar y acepta el sufrimiento compensado por los momentos de auténtica felicidad e inspiración que vivió.
En los últimos años de su vida, Machaut compiló y ordenó sus manuscritos, preparados bajo su supervisión (honor casi único y particularmente inusual en aquellos tiempos), e ilustrados por artistas que contribuyeron decisivamente a desarrollar el arte del miniado en Francia. Dedicó dichos manuscritos a la nobleza francesa. Conforman una producción monumental: más de 40 000 líneas de texto de sus largos poemas narrativos; y, en el campo musical, 142 obras, que comprenden baladas, rondeaux,[1] virelais, motetes y su célebre Misa de Notre-Dame, que bastaría para hacer célebre el nombre de Machaut en la historia de la música.
Sus manuscritos conforman una producción monumental: más de 40 000 líneas de texto de sus largos poemas narrativos; y, en el campo musical, 142 obras.
La Misa de Notre-Dame es probablemente su obra más popular y una de las piezas más largas de toda la música medieval (sacra o profana). Es igualmente el ciclo polifónico completo más antiguo del Ordinario de la Misa; es decir, que sus partes: Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus, Benedictus, Agnus Dei e Ite missa est, conforman una unidad temática y musical. La célebre Misa de Tournai es probablemente algo anterior, pero fue concebida por diferentes compositores y sin unidad temática ni estilística. Estudios recientes a partir de los manuscritos y otros documentos y principalmente de las características técnicas, concluyen que Machaut debió componerla entre 1360 y 1362. Tradicionalmente se ha sostenido que fue escrita para cantarse durante la ceremonia de coronación de Carlos V en la catedral de Reims el 19 de mayo de 1364, aunque también se conjetura que su obra Hoquetus David pudo componerse para la misma ocasión.
Guillaume de Machaut fue la figura musical y el poeta más importante del siglo XIV
La investigación erudita reciente expone que la misa la motivó una disposición testamentaria en recuerdo de una persona fallecida, quien dejó un legado para pagar a los cantantes, pues está documentado un pago de 300 florines realizado por Machaut; o que haya compuesto la misa como su testamento musical en un momento de extraordinaria madurez creativa, cuando empezó a percibir que la muerte se aproximaba, así la obra debía cantarse en su memoria (y en la de su hermano Jean), cada sábado en la catedral de Nuestra Señora de Reims, donde ambos eran canónigos. Estas misas in memoriam eran a veces interpretadas incluso en vida de sus donantes.
Guillaume de Machaut fue la figura musical y el poeta más importante del siglo XIV en Francia. Si con sus dulces textos embelesó a reyes, nobles y enamoró a mujeres jóvenes, con su música sublime conquistó un lugar permanente en la historia. A pesar de ello, las ediciones de sus obras y de sus poemas son escasas. Aparentemente murió un 23 de abril de 1377; le enterraron en la catedral de Reims, junto a su hermano Jean. Todavía hoy su obra dista mucho de ser apreciada y difundida como se merece.
SI QUE CES TEMPESTES CESSERENT
Entonces estas tempestades cesaron,
pero engendraron tales brumas,
tales inmundicias
y espantosas humaredas
que el aire, en vez de ser claro y puro
se hizo amarillo, sucio, negro y oscuro,
vil, apestoso, turbulento e infecto
y todo se corrompió:
las gentes se debilitaron,
extenuados y descoloridos,
con bubones y llagas
que suponían una muerte veloz,
nadie osaba salir
ni hablar en grupo
porque los hedores corrompidos
corrompían a los otros, todavía sanos;
si se quería visitar
a un amigo enfermo
se estaba en peligro:
murieron quinientos mil,
y al padre le faltaba su hijo,
la hija a la madre,
la madre al hijo y a la hija
debido a la epidemia mortal.
Cuando Dios en su morada
vió la corrupción del mundo,
hizo salir a la muerte de su jaula,
llena de locura y de rabia,
sin freno, sin bridas, sin discernimiento,
sin fe, sin amor, sin medida,
tan altiva y tan orgullosa,
tan ávida y tan hambrienta
que nada de lo que engullía
conseguía hacerla saciarse.
Recorrió todo el mundo
matando y destrozando los corazones
de todos los que encontraba,
y nadie se le podía resistir.
En poco tiempo oprimió
tantos corazones, devorando y matando,
que todos los días, a montones,
se encontraba a mujeres, niños,
jóvenes, viejos, de toda condición,
yaciendo muertos en las iglesias;
les enterraban en grandes fosas,
todos juntos, todos apestados.
Los cementerios estaban
tan llenos de cuerpos y de carcasas
que debieron de abrir otros nuevos.
Estas son las terribles noticias.
Hubo muchas ciudades donde
no se veía a muchacho o muchacha,
mujer ni hombre ir o venir,
ni se encontraba con quien hablar,
todos habían muerto
de esta muerte horrible:
no se resistía vivo más de tres días
o menos, ¡un plazo corto!
Y eran tantos, en verdad
los que morían súbitamente,
que incluso los que les llevaban
a enterrar ya no volvían jamás.
Guillaume de Machaut.
Fragmento del poema narrativo El Juicio del rey de Navarra.
Traducción José Carlos Cabello.
Bibliografía:
Cabello José Carlos, Guillaume de Machaut. Le Jugement du Roi de Navarre. Cd. Cantus.
Cañas Gálvez, Francisco de Paula, Guillaume de Machaut. Le Jugement du Roi de Navarre. Cd. Cantus.
Cerquiglini-Toulet, Jacqueline, Guillaume de Machaut. Le Jugement du Roi de Navarre. Cd. Cantus.
Deschamps, Eustache, Ouvers complètes, trad. de Eduardo González de Salceda,
París, 1878. Versión digital de Gallica, Biblioteca Nacional de Francia.
Weber, Jerome F., Goldberg. Early music magazine, no. 4., Pamplona, España.
Grove dictionary of music and musicians, t. XI, Londres, Macmillan Publishers Limited, 1980.
[1] Formas fijas poéticas y musicales que consisten en un patrón de repetición de versos y estribillo.