Dioses
¿Y cuántos dioses te sonrieron
hoy?
¿Estaba el maya en la tlapalería?
¿Y la señora de dos metros
que dice buenos días con todo el cuerpo?
Allá en el parque,
¿pudiste ver de algunas hojas sus retículas,
esa simétrica circulación fractal?
¿Pasaste de la sombra de los árboles
al sol
sin darte cuenta?
¿Supiste al respirar que eres la especie
prolongándose?
¿Centraste al caracol en tu mirilla,
fuiste un poco molusco
para medir parsimoniosamente el mundo?
¿Siseó
la sierpe de la luz?
¿Te colocaste nubes por sombrero?
¿Fuiste siendo?
Gato
Esfinge invertebrada,
garabato,
un ojo al infinito y otro al salto
del instante,
poeta místico en un rapto de vacío,
retina fija en la creación
del ya,
tendón de lo posible,
zarpa mental,
velocidad en la quietud,
grano de arena en la cintura
del domingo,
durmiente alzando el cosmos al soñarlo,
paz de la guerra y guerra
de la paz,
motor de la inasible duración,
tajo del éxtasis,
placer de estar muriendo,
caligrafía de lo que huye,
ocio de Dios,
suprema indiferencia ante el vulgar
decurso,
ritmo secreto entre el relámpago
y el trueno,
coito
y universal fatiga,
dejadez,
no pasa nada,
no pasa nada,
no pasa nada.
Dr. Atl
Cómo nace un volcán en su mirada,
ojos de cámara magmática,
fijos
en no sé qué secreta ebullición.
Y en esas dos extáticas
pupilas
se expande un horizonte curvilíneo.
Gira el mundo,
ruedan los astros en el cielo
y zumban los anillos de Saturno.
Cromos,
estoy hablando de un violeta alucinado,
de un verde maleficio
y de un carbonizado negro lava.
Estoy hablando de un azul
caliente.
Vamos a andar por las montañas,
bebamos de este oxígeno embriagante,
démonos baños de agua helada.
De par en par se abren las puertas del paisaje,
tierra bruja,
magnetizante serranía
que se resuelve en nubes,
lascas,
efervescencia y fantasía.
Luz,
vida centrífuga,
rudimentario amor por esta piedra
rotativa.