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Literatura

Poemas por Alejandro Albarrán

Poeta, artista plástico y sonoro, además de músico, Alejandro Albarrán (1985) ganó en 2018 el Premio Internacional de Poesía Manuel Acuña por su libro Algunas personas no son caballos. Ofrecemos a nuestros lectores una primicia de este volumen que propone a la poesía y a sus enunciados como apariciones en las arenas movedizas del lenguaje.


Por Alejandro Albarrán Polanco

“Loca como oca ante el pavor del pavo”,

me lo dijo una señora que iba pasando. En otras palabras. Tampoco me lo dijo a mí, pero me lo dijo. Le dijo a su hija. En realidad le dijo otra cosa, pero también dijo: "el pavor del pavo" y "loca como oca". Con otras palabras, tal vez, en otro contexto. No dijo como tal: "Loca como oca ante el pavor del pavo", pero yo escuché eso. Y también otra cosa. Escuché lo que le dijo, y lo que me dijo, si es que me lo dijo, si es que, de una u otra forma lo dijo, se lo dijo, nos lo dijo, tangencialmente. Yo escuché: “Loca como oca ante el pavor del pavo”, se lo dijo, nos lo dijo. A su hija y a mí, y también a ella: lo dijo. No lo dijo así, pero lo dijo. Me dijo mi pavor. Me dijo ¿pavo o loca? Dijo: “Loca como oca” y “el pavor del pavo”. ¿Del pavo ante qué? ¿Ante diciembre? ¿Loca por qué? ¿Por el pavor del pavo? ¿Pavor del pavo ante la locura? ¿La locura de la oca es el pavor del pavo o al revés? Digo, “el pavor del pavo la locura de la oca”. ¿Es el pavor del pavo ante la oca? ¿La locura de la oca tiene que ver en realidad con el pavor del pavo? Si el pavor del pavo es causado por la locura de la oca, ¿quiere decir que la oca tiene pavor del pavo o de ella misma? ¿El pavo, a su vez, tiene pavor de la locura de la oca o de él frente a la locura de él mismo? ¿Tú me tienes miedo? ¿Me tengo miedo? ¿Te tienes miedo? ¿Nos odiamos? No es que yo lo piense, lo dijo una señora, bueno, no me lo dijo a mí, pero lo dijo. Se lo dijo a su hija, pero también me lo dijo a mí, nos lo dijo. No lo dijo con esas palabras, pero lo dijo. No dijo como tal: “Loca como oca ante el pavor del pavo”. Pero lo dijo. De alguna u otra forma nos lo dijo, tangencialmente. Igual y decir la verdad es un accidente, del lenguaje. ¿Un accidente es en sí un aprendizaje? ¿Has pensado en el pavo? ¿Has pensado en el pavor?

¿Cuál es la distancia?

Nuestra distancia no se mide en metros sino en mónadas. No en mónadas, más bien en monedas. En nuestro cambio. En el cambio. En la intención del cambio. En una moneda de dos caras que nunca se juntan, sino girando, en el aire. ¿Nuestra distancia es una moneda girando o una moneda en la mesa caída de canto? ¿El desencanto o la moneda girando? La distancia entre la cama y la cocina, la distancia cuando los dos estamos en la cama, esa distancia no se mide en metros sino en mónadas, y en monedas. Nuestra distancia moneda de dos caras, de canto o desencanto, nuestra fe en el canto: nuestra canción: la música que hacemos o no hacemos: nuestras relación y su distancia: nuestra relación y sus monedas: nuestro cambio: el cambio en nuestra fe. Nuestra fe consiste en comprar bolsitas de té con ese cambio, comprar el té como un acto de fe para que venga el cambio: nuestra fe en el cambio: nuestra fe en la fe: nuestro oración o nuestro salmo. Nuestra relación es un salmón que va nadando cuesta arriba, contracorriente, para morir después de desovar. Nuestra relación es un salmón que no sabe nadar, y sin embargo, nada, hacia arriba.
Nuestra fe es un salmón, y sin embargo.

Ella dibujó un toro sobre mi torso

¡Oh noche, que juntaste

amado con amada, amada en el amado transformada!

San Juan de la Cruz

*

cuando vea el rostro del amo

en lo que amo

cuando vea el rostro

cuando vea el rostro del amo

cuando vea al amo

en mi rostro

cuando vea el rostro del amo

cuando vea

que ya no amo lo que amo

ni lo que amé en otro rostro

cuando vea el rostro de lo que amo

en el rostro del amo

cuando vea el rostro del amo

en tu rostro

cuando vea tu rostro

en mi rostro

cuando vea mi rostro.

*

cuando vea

tu rostro en mi rostro

tu rastro en mi rastro

tus restos colgando de mis ganchos

tu tripa en mi tripa

la rodilla en la boca

flexionada

tu rastro

troza

mi dorso tu trazo

traza en mi torso

un toro

flexionado

hacia ti

para encontrarnos

para encontrar tu rostro

en mi rostro trastornado

tu rostro en mi rostro

trastocado

trocado

el rostro en ciervo

el ciervo en ciervo

vulnerado

ado en ada

ada en ado

amado en amada

transformado.

*

ella dibujó un toro sobre mi torso

una circunferencia

Era fácil sentir cuando su mano iba al norte

y aparecía en el sur o cuando

iba hacia oriente

y aparecía en occidente

Ella

dibujó sobre mi torso un accidente.

Ella –que soy yo cuando me miro–

trazó con una púa

un toro

otro toro

otro toro roto

otro orto roto

otro toro orto-roto

otro

otro toro

que es una serpiente

comiéndose a sí misma.

 



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