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Música y ópera

Festival Internacional del Órgano Barroco: treinta años de fuelles y teclados

Celebramos los treinta años del Festival Internacional del Órgano Barroco con esta entrevista de Juan Arturo Brennan a sus fundadores: Gustavo Delgado Parra y Ofelia Gómez Castellanos. La diversidad, la restauración de órganos barrocos, el rescate y la promoción de instrumentos históricos, así como los concursos de composición para órgano son algunos de los logros de estos prestigiosos organistas mexicanos en estas décadas de calidad, seriedad y compromiso.


Por Juan Arturo Brennan

Gustavo Delgado Parra y Ofelia Gómez Castellanos son, en primer lugar, organistas. Y, en primer lugar, promotores. Y, en primer lugar, organizadores. Y, en primer lugar, investigadores. Y, en primer lugar, detectives de órganos. Y, en primer lugar, restauradores. Y, en primer lugar, divulgadores. Y, en primer lugar, educadores. Si lo digo de este modo es que, para ellos, todas estas actividades son parte de un único mundo musical y cultural, y a todas ellas se dedican con ahínco y asiduidad singulares. Entre todo esto que hacen Gustavo y Ofelia, es probable que la huella más notoria y duradera sea la del Festival Internacional del Órgano Barroco, que fundaron en 1992 y que organizan y dirigen desde entonces. Para hablar un poco (de lo mucho que se puede hablar) sobre el festival y algunos temas conexos, me reúno con Gustavo y Ofelia ante diversas modalidades de café y variados sabores de jugo de frutas. He aquí lo medular de nuestro grato intercambio. Con su aprobación, decidí redactar sus respuestas y comentarios en una sola voz, no sólo por claridad y concisión, sino también porque, en efecto, Gustavo y Ofelia hablan con una sola voz.

Ofelia Gómez Castellanos y Gustavo Delgado en el órgano histórico de Yanhuitlán, Oaxaca.

 

Gustavo y Ofelia (G y O): En este 2022, el Festival Internacional de Órgano Barroco cumple una efeméride importante: vamos a realizar la edición número XXX. El origen del festival está en los cuatro años que pasamos estudiando en Holanda. Nos llenamos de una ilusión enorme y regresamos a México con un gran ímpetu para este proyecto. Desde su inicio, el apoyo institucional para realizarlo ha sido mínimo, casi inexistente. Durante esos cuatro años no regresamos a México, y cuando finalmente volvimos, estábamos muy desconectados del medio. Pero en cuanto llegamos, en 1992, comenzamos a organizar la primera edición del festival, que arrancó en noviembre de ese año.

Juan Arturo Brennan (JAB): Sin apoyo institucional, ¿cómo lograron echar a andar, y mantener, este proyecto?

Ofelia Gómez Castellanos en el órgano del Queens’ College, Cambridge, Inglaterra.
Foto: Gustavo Delgado Parra.

 

G y O: Básicamente, con nuestros propios recursos, y así ha sido desde entonces. En aquella ocasión incluimos algunos órganos básicos: los de San Martín Texmelucan y de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, que fue nuestra sede principal durante 23 años. Un hecho a resaltar es que siempre hemos tenido un importante apoyo de los colegas organistas tanto nacionales como internacionales. Muy eventualmente, hemos tenido algunos apoyos, como los del Fonca (Fondo Nacional para la Cultura y las Artes) en algunas ocasiones (en el rubro de Proyectos y Coinversiones Culturales), los cuales quedaron muy limitados cuando cambiaron las reglas. Y hay un elemento muy importante que señalar: el apoyo de las embajadas, específicamente, las de los países cuyos organistas hemos invitado. Por ejemplo, para este festival del 30 aniversario, contamos con la colaboración de cuatro embajadas: la italiana a través del Instituto Italiano de Cultura; la alemana a través del Instituto Goethe; y las embajadas de Holanda y de Suiza. Este apoyo de las embajadas ha sido constante. La iniciativa privada nos ha apoyado en algunas ocasiones, en otras, el Conaculta (Consejo Nacional para la Cultura y las Artes), cuando Sergio Vela era su presidente.

Si bien el órgano barroco es el origen y la motivación principal de este añejo festival, sus organizadores no se han puesto límites dogmáticos estrechos, sino que han promovido la participación de órganos más modernos en las distintas ediciones del festival.

JAB: Esta incertidumbre en la continuidad de los apoyos para realizar el festival, ¿cómo ha influido en su permanencia y desarrollo?

G y O: Debemos decir que, a pesar de esa incertidumbre, la calidad de la propuesta artística que hemos ofrecido año tras año ha sido siempre de primer nivel. También hay que señalar la diversidad del festival: ninguna edición ha estado dedicada a un instrumento específico, y siempre intentamos dar a nuestra selección de órganos la mayor variedad posible. Un dato importante es que hemos ido incorporando al instrumental del festival órganos de cuya restauración nos hemos ocupado. Una de las sedes que más nos ha apoyado ha sido la parroquia de San Agustín, gracias al compromiso de la Orden de los Agustinos, que se ha convertido en una sede increíble para la divulgación de la cultura del órgano en México.

JAB: (Esta mención invita a interpolar un comentario: si bien el órgano barroco es el origen y la motivación principal de este añejo festival, sus organizadores no se han puesto límites dogmáticos estrechos, sino que han promovido la participación de órganos más modernos en las distintas ediciones del festival).