Fotografías: Grupo Segrel.
Música y ópera

Grupo Segrel: la vigencia del medievo

El crítico y músico Xavier Quirarte ofrece un panorama de Grupo Segrel, realizando un recorrido por su producción discográfica, la cual mediante rigurosas investigaciones da vida a la música del pasado. Los fundadores de Segrel, como todos quienes han integrado sus cauces musicales, han buscado la experimentación y otorgar importancia a la lírica tradicional y popular. Músicos trashumantes que llevan sonidos de antigua belleza a públicos que nunca habían escuchado algo parecido.


Por Xavier Quirarte

Segrel, revista fundada por descendientes del exilio republicano español en México en 1951, por iniciativa de José Alberto Gironella, Arturo Souto Alabarce y Luis Rius, en su primer número refiere que los segreles, también llamados segrieres o segreres, “nacieron quizá en las tierras de lengua galaicoportuguesa, y vivían trashumantes, de castillo en castillo. Eran hidalgos pobres, que sin otros medios para sobrevivir en la lucha por la vida, ejercían funciones ajuglaradas y trovadorescas. No sólo cantaban canciones ajenas, sino que asimismo las creaban propias”. 

Con la intención de recrear el mundo lírico-musical de la Edad Media, en 1996 surge en la Ciudad de México, el Grupo Segrel.

Bajo esta mística y con la intención de recrear el mundo lírico-musical de la Edad Media, en 1996 surge en la Ciudad de México, el Grupo Segrel, cuyas actividades iniciales constituían un apoyo académico para los estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Durante el Coloquio Internacional de Jornadas Medievales, organizado por la UNAM, el Colegio de México y la Universidad Autónoma Metropolitana, varios músicos se reunieron para ilustrar algunos temas, dado que en la época medieval la música y la palabra estaban muy relacionadas. 

Sus fundadores son Carmen Armijo, filóloga con un amplio conocimiento del periodo medieval, y Manuel Mejía Armijo, compositor e intérprete de la guitarra y el laúd, tanto occidental como árabe, y otros instrumentos antiguos de cuerda pulsada. Lo que comenzó como una serie de reuniones para ilustrar algunos temas del programa académico, pronto despertó la vena creativa de los músicos que decidieron organizar espectáculos para llevarlos a otros espacios. Su propósito era transmitir al público el rico panorama musical de la Edad Media y del Renacimiento. 

A lo largo de estos años, Grupo Segrel ha confeccionado diversos y variados programas que hablan de la riqueza de la música antigua, como Danzario medieval y renacentista, que involucra danzas españolas, italianas, francesas y alemanas de los siglos XII y XVI. De los ingenios y los afectos aborda un repertorio que recrea los géneros musicales de la época de Leonardo Da Vinci (siglos XIV y XV). La antigua lírica popular hispánica recurre a los cancioneros españoles de los siglos XV al XVII, mientras que La antigua lírica popular hispánica y el son huasteco mezcla piezas del repertorio anterior con canciones populares mexicanas. 

Lucernario del Sur es una misa del compositor guerrerense Margarito Damián Vargas (1873-1919), en tanto que Un sarao en Chalco involucra música para bailar proveniente del Manuscrito de Joseph María García, conocido también como Manuscrito de Chalco, de 1772. De México a Texas por el Camino Real aborda los vínculos culturales de dos culturas hermanas y La mujer y el amor en la lírica antigua se enfoca en la sensibilidad femenina en torno al amor y el desamor, condimentado con buenas dosis del sentido del humor. Xarab, sarao y jarabe aborda cuadros sonoros del tiempo de la Independencia de México, en tanto que Axedrez-Mundo, que se presenta en la primera edición del Liber Festival, es un encuentro musical entre Oriente y Occidente. 

Sus producciones discográficas incluyen Un sarao en Chalco. Manuscrito de Joseph María García. Año 1772 (INBA, 2013), La lírica medieval hispánica (UNAM-FONCA, 2010), La antigua lírica popular hispánica (UNAM, 2008), La antigua lírica popular hispánica y el son huasteco (FONCA-Segrel, 2007) y Los sonidos de la épica. Poesía y música en el Cantar de Mío Cid (UNAM, 2003). El grupo también publicó el libro de partituras Un sarao en Chalco. Música del manuscrito Joseph María García. 

Para el líder de la agrupación, interpretar esta música implica desarrollar la intuición, tener una disposición para la recreación de otras épocas y cultivar la improvisación en el concepto oriental.

Grupo Segrel se ha presentado en los foros más importantes del país: Festival de Música de Morelia Miguel Bernal Jiménez, Festival Internacional Ágape, Festival de Música Antigua de Tepotzotlán, Festival Internacional de Arte y Cultura Quimera, Festival de Música Antigua y Barroca de San Luis Potosí, Festival de la Huasteca, Ciclo de Música Antigua de la UNAM, Ciclo de Música Antigua de Bellas Artes y Festival La Nao de Acapulco, amén, de los foros culturales más importantes del país.

Para el líder de la agrupación, interpretar esta música implica desarrollar la intuición, tener una disposición para la recreación de otras épocas y cultivar la improvisación en el concepto oriental, donde es una herramienta muy útil. En algunos de sus proyectos, Mejía Armijo ha incluido el laúd árabe, que no solo tiene que ver con su pasión por este instrumento. Advierte que, 

a pesar de que las versiones discográficas no incluyen este tipo de instrumentos, sin embargo las miniaturas de la época de Alfonso el Sabio muestran a varios tipos de laudistas, tanto los que tocan con el dedo como los que lo hacen con plectro, y aparece por allí algún laúd árabe. No me parece descabellado que dos o tres siglos después se siguieran usando, tal vez no en las cortes pero sí en otros ámbitos. No se utilizaban en la corte debido a que hubo un decreto de expulsión de todos los extranjeros que vinieron de Oriente y, por ende, se proscribía su uso. 

A manera de ejemplo del rigor histórico del ensamble, hay que señalar que el material para el disco La antigua lírica popular hispánica proviene del exhaustivo trabajo de recopilación y crítica del Nuevo corpus de la lírica popular hispánica de Margit Frenk. Los dos tomos de esta profusa investigación, indica el líder de Grupo Segrel, 

Segrel en una actuación. De izquierda a derecha: Vladimir Bendixen (violín), Manuel Mejía (guitarra), Casilda Madrazo (baile) y José Pablo Jiménez (viola da gamba).

reúnen poesías, coplas, refranes, pregones, adivinanzas –anteriormente dispersos en un sinfín de manuscritos, pliegos sueltos y cancioneros– organizados en grandes bloques temáticos. El grupo Segrel se ha dado a la tarea de, aprovechando esta magna obra, acudir a las fuentes musicales que el propio corpus refiere y montar un repertorio que muestre la riqueza musical con la que aquellos versos líricos se vestían en los tiempos antiguos, convertidos en un arte dotado de la sencillez emanada de la cotidianidad de la gente común del campo y de las villas, pero destilado por el gusto refinado y el trabajo minucioso y experto de los músicos profesionales de la España de los siglos XV al XVII.

En sus diversos proyectos, Segrel ha funcionado también como un campo de entrenamiento multidisciplinario, pues no solamente ha contado con la colaboración de músicos e investigadores, sino también de bailarines y actores, así como alumnos del proyecto en su vertiente académica. Por ejemplo, en el disco Los sonidos de la lírica medieval hispánica, participaron además de Segrel alumnos del seminario del mismo nombre. Eso es un ejemplo muy claro de cómo el ensamble ha funcionado al mismo tiempo como un campo de formación, experimentación, creación y difusión del rico legado de la música medieval.

En sus diversas encarnaciones, en el ensamble han confluido Carmen Elena Armijo, flautas dulces; Adalberto Cañez, flautas dulces; Rebeca Pérez Higareda, voz; Rodrigo Mejía, percusiones; Manuel Mejía Armijo, laúd; Semeí Uribe, narración y declamación; Violeta Ortega, canto; Rita Guerrero, canto; Alejandro Tello, curtal y chirimía; Lorena Uribe, canto, y Rosenda Monteros, recitación. También han colaborado Carmen Mastache, canto; Rafael Pérez Enríquez, viola da gamba; Vladimir Bendixen, fídula y canto; Jorge Morenos, jarana, huapanguera, flautas dulces y canto; Liamna Pestana, guitarra barroca, cítola, canto; Casilda Madrazo, danza; José Pablo Jiménez, fídula, viola da gamba; Francisco Bringas, percusión; Josafath Larios, percusión; Ileana Ortiz, canto; Martín Pérez, danza; Mehdi Moshtagh, setar iraní; Nadia Ortega, canto; Jesús Aguilar Vilchis, mandolina barroca; Madison Ree Koen, violín barroco; Bárbara Cerón, arpa barroca; Omar Ruiz, flautas de pico, y Elisa Ávalos, canto.

Sin perder en el camino el rigor por la investigación histórica, Grupo Segrel se dedica a interpretar y recrear la música antigua, tomando en cuenta que varias de estas tradiciones lírico-musicales de alguna manera se mantienen vivas en nuestro país, al tiempo que investiga el influjo de Medio Oriente. 

El ensamble ha funcionado al mismo tiempo como un campo de formación, experimentación, creación y difusión del rico legado de la música medieval.

Mejía Armijo considera que como un género noble, la música antigua atrae al público de nuestros días, lo que se debe tal vez a su origen en la música popular. “Digamos que nuestra canción popular actual” —acota el director— “y la lírica popular hispánica, que son las primeras muestras que tenemos de canción en castellano, tienen muchas cosas en común. Musicalmente han tenido muchos cambios, una evolución y, en el caso de México, muchas influencias que no ha tenido la canción española. De todas maneras comparten una tradición, sobre todo en la cuestión de las formas de la poesía y los temas. Estas canciones antiguas tienen maneras de describir los mismos sentimientos, que curiosamente nos parecen novedosas en nuestros días.”

Lo que diferencia el trabajo Grupo Segrel de otros ensambles que interpretan música antigua es que le otorgan peso a la tradición popular. El director del grupo considera que, 

por ejemplo, hay versiones muy buenas de El cancionero de Palacio en un disco de Jordi Saval, pero enfatiza mucho la cuestión de la capilla cortesana. En efecto, los músicos que consignaron las obras eran de la corte, pero eso no quiere decir que esta música ha sido enajenada de su origen. Fue parte del florecimiento que logró permear una fracción muy importante de la sociedad. Gustaba tanto en las capillas a los reyes y a la nobleza, como a los pastores. 

“¡Es que nunca habíamos escuchado esta música!”, comentó eufórica una señora que iba acompañada de sus hijos, luego de escuchar sonidos que le habían abierto los sentidos.

La idea de Grupo Segrel no es interpretar estas obras como música clásica, sino brindarle su carácter popular. Para Mejía Armijo “es música popular de calidad, reconociendo todo el aporte de los músicos de la corte. Es obvio que hay canciones que no tienen nada que ver con la corte, como la de un pastor que les canta a sus borregos porque viene el lobo y se los va a comer. Es una canción primitiva de pastores donde incluso se canta como si fueran borregos. Es obvio que no es obra de un cortesano inspirado en un pastor”. 

Sacando chispas al tablado. Casilda Madrazo y Martín Pérez, gallardos bailarines

El director del ensamble abunda sobre el tema: 

Al recorrer estas composiciones puede observarse una gama de colores que oscilan entre lo netamente popular y el producto de la destreza personal de músicos preparados. El grupo Segrel utiliza para la interpretación y recreación de este repertorio, instrumentos musicales muy comunes en aquellos tiempos, que forman parte del universo sonoro donde floreció el arte lírico medieval-renacentista y que transportan automáticamente al pasado a intérpretes y escuchas.

 En cuanto a las fuentes históricas para llevar a cabo su trabajo, Mejía Armijo explica que, en el caso de la Edad Media, los testimonios son escasos, sobre todo con las músicas que están fuera del oficio litúrgico, de ahí que el reto sea aprovechar las pocas fuentes con las que se cuenta y trabajar en ellas. En el Renacimiento las fuentes aumentan de manera exponencial, por lo que a nivel internacional se cuenta con un gran repertorio original por estudiar y difundir. 

Pocos grupos trabajan con la música de estos periodos en México porque, aunque en el mundo ha aumentado la institucionalización de la música antigua, en general los proyectos se enfocan en el barroco. Dado que el campo del Renacimiento queda desierto, en sus programas Grupo Segrel insiste en difundir sus repertorios para que el público los conozca y goce de sus bondades. Su participación no se limita a festivales, salas de conciertos o instituciones académicas. Hace unos meses, Grupo Segrel se presentó en la colonia Buenos Aires en una posada popular organizada en Izcalcalli Casa de Crecimiento, Autogestión y Cultura con música del Renacimiento relativa a la Navidad y la experiencia fue enriquecedora, tanto para músicos como escuchas.  

A la cita llegaron familias completas que no dudaron en sumarse al concierto. El hecho de tener una experiencia nueva cuando esperaban asistir a una tradicional fiesta con piñatas les causó mucha emoción. El público se dio cuenta de lo relevante que puede ser exponerse a una experiencia cultural diferente, insospechada. “¡Es que nunca habíamos escuchado esta música!”, comentó eufórica una señora que iba acompañada de sus hijos, luego de escuchar sonidos que le habían abierto los sentidos: por un momento, la música creada siglos atrás se volvió parte de su existencia. 

El director del ensamble coincide con algunos estudiosos que consideran que “el llamado Renacimiento, más que una ruptura con la Edad Media, es la culminación de una cultura que se fue germinando de manera subalterna y que florece en el Renacimiento. Yo me siento muy cercano a ese pensamiento y considero que su vigencia se vuelve cada vez más importante”. 

Su propósito es “sembrar inquietudes, despertar entusiasmo en el oyente y brindar una perspectiva histórica de esta música”.

Si en 1951 los editores de Segrel se comprometían a “aportar algo más a la vivificación y expresión de la cultura de la lengua española”, Grupo Segrel se ha empeñado en dar vida a una expresión del pasado que florece al contacto con el público, pues su propósito es “sembrar inquietudes, despertar entusiasmo en el oyente y brindar una perspectiva histórica de esta música”. Si encontrar documentos que se creían perdidos resulta un hallazgo importante, lo siguiente es darles vida. Es de celebrar que los documentos existan, que estén bien conservados y que se pueda acceder a ellos, afirma Mejía Armijo, pero “hay que utilizarlos, darles vida. Mientras estén guardados no son un patrimonio cultural, lo son en cuanto suena esa música”. 

Los hallazgos del grupo han contribuido a enriquecer la cultura musical de México, como en el caso del disco Un sarao de Chalco, que da vida al Manuscrito de Joseph María García, preservado por el Southwest Museum de los Ángeles, California, uno de los documentos más ricos sobre la música y la danza que se ejecutaban en las postrimerías del siglo XVIII en México.

Debemos utilizar los documentos, darles vida. Mientras estén guardados no son un patrimonio cultural, lo son en cuanto suena esa música”.

El manuscrito, bautizado con el nombre de su primer dueño, proveniente de Chalco, contiene casi 300 piezas instrumentales relacionadas con la práctica de la danza en México a finales del virreinato. Parte de este material fue incluido en Un sarao en Chalco, donde el Grupo Segrel revivió una música que se escuchaba y se bailaba siglos atrás a través de suites que congregan varias piezas. El álbum incluye cuatro sones, también documentados en fuentes históricas y que provienen de una misma época y zona cultural. Por ejemplo, una de las piezas habla de las chinampas de Chalco. 

Este proyecto, asegura Mejía Armijo, “está motivado por el amor a la tierra, por esa curiosidad por nuestro pasado. En la música se puede ir para atrás en el tiempo y encontrarse con una belleza que aparentemente está perdida. La gente de Chalco está muy orgullosa de este proyecto, de este bien intangible, porque no se conocía nada sobre esta música”.

 



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