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Literatura

Para llegar a Peter Handke

Fernando Fernández, poeta y editor, conversa con Georg Pichler, catedrático de la Universidad de Alcalá de Henares, sobre Peter Handke. Palabras que marcan el compás para comprender la poética del escritor austriaco y acercarse a su vasta obra, la mayor parte traducida al español. La reflexión comprende desde el suicidio de la madre – determinante para Handke– hasta las guerras yugoslavas y la actividad política del controvertido premio Nobel 2019.


Por Fernando Álvarez del Castillo

El profesor Georg Pichler, de la Universidad de Alcalá de Henares, ha tenido la amabilidad de contestar por escrito a un cuestionario sobre el Premio Nobel austriaco. El mundo de los muchos libros de Peter Handke, entre los que hay teatro, poesía, novela, guiones cinematográficos, ensayo; los intereses de su enorme imaginación y su aguda inteligencia; la pasión que han suscitado sus posturas políticas, en especial respecto a las guerras yugoslavas, hacen que no sea fácil acercarse a él sin contar con una suerte de brújula confiable para no perdernos en un orbe intelectual rico y complejo. 

Pichler, a quien tuve la fortuna de conocer en 2010 durante el mes que viví en el campus de la universidad alcalaína, no sólo es un conocedor entusiasta de Handke, sino que fue quien propuso que esa institución le otorgara el doctorado honoris causa, lo que ocurrió en mayo de 2017. En esa solemne ocasión, llevada a cabo en el famoso paraninfo donde todos los años se entrega el Premio Cervantes de Literatura, mi amigo leyó el lauratio correspondiente. Después de años de estudiarlo, enseñarlo en clases, incluso de escribir sobre su vida y su obra, Pichler tiene una visión del autor y sus libros que resulta especialmente útil para quienes desean acercarse por vez primera al mundo de Handke. Comparto mis preguntas y sus respuestas para que se sirvan de ella quienes leen esta revista.

Fernando Fernández (FF): ¿Cuál es la procedencia cultural precisa de un autor nacido en una zona europea que es una suerte de nudo de lenguas y nacionalidades?

Georg Pichler (GP): Peter Handke nació, como dices, en Carintia, una zona bilingüe en la frontera entre el territorio germano al norte y el eslavo al sur. En Carintia hay una mayoría germanoparlante y una minoría de lengua eslovena. Así, los roces han sido constantes y siguen siéndolo, aunque cada vez menos. La madre era de origen esloveno y, aunque Handke no aprendió la lengua de pequeño, este hecho iba a marcarle profundamente, como persona y en su obra. Él aprendió el idioma de mayor; lo habla y ha traducido bastantes textos literarios al alemán y ha apoyado la traducción de otros, por lo que ha sido un gran apoyo para esta literatura minoritaria y, sobre todo, para algunos de sus autores. Entre las obras de Handke hay varios textos en los que describe un recorrido, entre ficticio y real, del país de sus antepasados, los más impresionantes son, quizás, La repetición y la obra de teatro Immer noch sturm (Todavía tormenta, sin traducir al español 1), que creo que es uno de sus obras más personales, más políticas y más profundas.

FF: ¿Cuál fue la experiencia de la Segunda Guerra Mundial de la familia de Handke, quien nació durante esos días? 

GP: En cierta manera, él es un hijo de la guerra ya que su padre, cuyo apellido lleva, fue un soldado alemán estacionado en aquella región de Carintia. La guerra mundial en sí misma no le afectó mucho, era demasiado pequeño, pero sí la posguerra con sus tensiones entre la población germanoparlante, bastante conservadora y adepta al régimen nazi, y los eslovenos de los que muchos habían sido partisanos.

La muerte de su madre le afectó de forma brutal. Para comprender su suicidio empezó a escribir un libro que para mí es unos de sus textos más importantes, el relato sorprendentemente objetivo de la vida de una mujer, soltera, madre de un hijo ilegítimo, quien trata de hacerse un lugar en un mundo hostil.

FF: ¿Cómo influyó en su obra, en suma, la historia familiar, desgarrada entre otros dolorosos incidentes por el suicidio materno?

GP: Mucho. Su procedencia le llevó a idealizar un país, Yugoslavia, cuya ruptura en los años noventa le dolió sobremanera y le llevó a un compromiso idealista más que político durante la mal llamada guerra de los Balcanes . La muerte de su madre le afectó de forma brutal. Ella había sido la persona con la que más confianza había tenido. Para comprender su suicidio empezó a escribir un libro que para mí es unos de sus textos más importantes, es el relato sorprendentemente objetivo de la vida de una mujer, soltera, madre de un hijo ilegítimo, procedente de una minoría social, que trata de hacerse un lugar en un mundo hostil. Es un relato que a primera vista parece muy frío, pero esta frialdad deriva de la necesidad de querer saber, entender, no sólo la vida de su madre sino también sus circunstancias, es un ella y sus circunstancias sin ser expresamente político. Y a través de la vida de su madre describe la vida de los pobres de su región, pero sin caer en generalizaciones ni moralizaciones. Es un libro muy maduro para alguien que en aquel momento no había llegado ni a los treinta años.

FF: ¿Cómo describirías su obra, si tuvieras que hacerlo en un par de párrafos?

GP: Una pregunta difícil. Quizá diría que se trata de una obra en constante cambio para buscar en cada momento la forma más adecuada de expresión. El “joven” Handke no tiene nada que ver con el Handke “clásico” de los años de Salzburgo, que se mide con el olimpo de los grandes nombres de la literatura universal, ni con el Handke viajero de finales de los años ochenta y principios de los noventa, que para mí es el más interesante ya que, siendo un escritor hecho y reconocido, vuelve a empezar desde cero, abandona su casa y vaga por el mundo durante unos cuantos años sin residencia fija.

2 El profesor Pichler la denomina “mal llamada” porque en realidad el término guerras de los Balcanes refiere a dos conflictos ocurridos en la segunda década del siglo XX, entre el Imperio otomano y la Liga de los Balcanes. El nombre correcto de los conflictos bélicos ocurridos en la década de los noventa en el antiguo territorio de Yugoslavia es “guerra de Yugoslavia” o “guerras yugoslavas”, que Serbia libró contra Eslovenia, Croacia, Bosnia y Kosovo en el periodo de 1991 a 2001. [N. del E.]

FF: ¿Por dónde recomendarías empezar a leerlo?

GP: Eso depende de cada lector, cada lectora. Creo que a gente joven, inquieta, le pueden interesar los primeros textos, La mujer zurda, por ejemplo, o  El miedo del portero ante el penalti –que no es una novela sobre futbol, por cierto–, o Carta breve para un largo adiós, pero también los cinco ensayos, que no son ensayos en el sentido estricto de la palabra, sino más bien textos muy cercanos a la vida del autor en los que plasma su día a día y lleva lo cotidiano a una categoría literaria. Muy literarios, artísticos, son también algunos textos como La doctrina del Sainte-Victoire  o La tarde de un escritor. Yo empecé a comprender a Handke a través de sus libros de apuntes en los que plasma sus pensamientos, observaciones, aventuras cotidianas en textos cortos, improvisados, escritos a vuelapluma en alguno de sus cientos de libretas. Son obras que oscilan entre lo sublime y lo banal y que demuestran que a veces sólo hay un paso entre uno y otro. Son obras como El peso del mundo, Historia del lápiz o Ayer, de camino, no todos están traducidos.

Se dio a conocer con una obra de teatro invertida, Insultos al público, en la que cuatro actores hablan desde el escenario con el público y se mofan de él. Entonces fue un escándalo, hoy sería un mero divertimento.

 

FF: ¿Cuáles te parecen sus libros más conseguidos? 

GP: Aparte de los que ya he mencionado, La ausencia y En una noche oscura salí de mi casa sosegada, una historia bastante loca que termina en un yermo cerca de Zaragoza y, sin lugar a duda, el guion para El cielo sobre Berlín [en México, Las alas del deseo].

FF: ¿Qué papel juega en su obra su trabajo como dramaturgo? 

GP: Es una parte importante de su obra. Se dio a conocer, con apenas 23 años, con una obra de teatro invertida, Insultos al público, en la que cuatro actores hablan desde el escenario con el público y se mofan de él, obviando así el ilusionismo del teatro. Entonces fue un escándalo, hoy sería un divertimento que ni llamaría la atención. Hay algunas obras de teatro muy relevantes en su trayectoria, en las que expresa una parte importante de su poética, como por ejemplo Sobre los pueblos, que, no en vano, Handke citó extensamente en su discurso tras recibir el premio Nobel. 

FF: ¿Y como poeta?

GP: Otra de sus facetas, aunque creo que la lectura de poesía es para él más importante que la escritura.

FF: ¿Cómo ha sido su relación con el cine?

Peter Handke pronuncia el discurso de aceptación del doctorado honoris causa de la Universidad de Alcalá de Henares, España, el 24 de mayo de 2017
Peter Handke pronuncia el discurso de aceptación del doctorado honoris causa de la Universidad de Alcalá de Henares, España, el 24 de mayo de 2017

 

GP: Intensa. Como espectador y como guionista y director de cine. Toda su obra está llena de referencias a películas, desde películas del oeste hasta cine vanguardista, y sus incursiones en el mundo del cine empezaron muy pronto. Hizo varias películas, algo esotéricas, diría yo, en el estilo de los años sesenta, películas parcas, lentas en las que la palabra adquiere gran valor. Quizá la más curiosa sea La ausencia, con actores tan grandes como Bruno Ganz y Jeanne Moreau, o su joven esposa Sophie Semin y su traductor al español Eustaquio Barjau. Es una película curiosa, incluso con sus muchos fallos. Pero hay que tener paciencia…

Resulta sumamente difícil encontrar una correspondencia en español de una escritura que es a la vez sencilla y compleja. Sencilla porque Handke busca casi siempre la expresión más llana para expresar algo, compleja porque es muy consciente del lenguaje y su escritura se basa en el lenguaje y se crea a partir de él.

FF: ¿Qué opinión tienes de las traducciones que se han hecho de su obra al castellano?

GP: Me resulta muy curioso que se haya traducido casi toda la obra de Handke al castellano, a pesar de ser un autor tan poco comercial. Es una gran labor de la editorial Alianza y sus editores. Me falta distancia para juzgar las traducciones ya que en algunas he ayudado a Eustaquio Barjau, gran amigo personal de Handke, a aclarar sus dudas. Han sido tardes de mucha intensidad, ya que es otra forma de leer a Handke y resulta sumamente difícil encontrar una correspondencia en español de una escritura que es a la vez sencilla y compleja. Sencilla porque Handke busca casi siempre la expresión más llana, menos enrevesada, para expresar algo, compleja porque es muy consciente del lenguaje y su escritura se basa en el lenguaje y se crea a partir de él, de una palabra nace otra, nace una idea, un concepto, a veces un texto entero. Si sólo lees el texto, muchas veces no te das cuenta de estas facetas, al tener que traducirlo se te abren otras perspectivas, y, como es lógico, muchos problemas, ya que tienes que recrear aquel proceso en otro idioma, en el que muchas veces no existen correspondencias.

FF: ¿En qué consiste exactamente la polémica en torno a su actividad política?

GP: De eso podríamos hablar toda la tarde… En 1996, Handke publicó Un viaje de invierno a los ríos Danubio, Save, Morava y Drina con el subtítulo programático de “Justicia para Serbia”, que es, en su primera parte, una crítica muy bien documentada y argumentada del tratamiento que ha recibido la guerra de los Balcanes por parte de los medios de comunicación occidentales. Handke les acusa de unilateralidad, de presentar el conflicto como una guerra de malos (los serbios) contra buenos (los demás), poniéndose claramente de lado de los intereses de la Unión Europea.

La segunda parte es la descripción de un viaje por una parte de los Balcanes en plena guerra. Esta parte resulta bastante más floja que la primera, ya que Handke mezcla la literatura con la realidad política, lo poético con lo social, y describe, por ejemplo, la poética regresión de la sociedad serbia que, en pleno invierno, tiene que hacer cola para conseguir pan, comida o gasolina. Como consecuencia de este texto, y de una larga gira por varios países europeos para defender sus tesis, Handke fue proscrito por croatas, bosnios y sus allegados –casi toda el mundo occidental– y vanagloriado por los serbios. Viajó varias veces a Serbia y recibió condecoraciones y honores, visitó a Slobodan Milošević, uno de los culpables de la guerra, en la prisión de La Haya, si recuerdo bien, donde habló con él durante varias horas, una experiencia frustrante por la verborrea incesante del dirigente político, como escribiría Handke más tarde. Y, gran error, acudió al entierro de Milošević. Allí leyó un discurso titubeante, lleno de interrogaciones, que iba a convertirlo definitivamente en un proscrito. El problema fundamental para mí es que Handke quiso acercarse a una realidad política, compleja y enrevesada, con un discurso literario, reflexivo y, hasta cierto punto, ingenuo. Creo que cometió bastantes errores en este asunto, en parte de forma voluntaria para oponerse a la opinión establecida, en parte de forma involuntaria al no pensar estratégicamente. Su mundo literario y el mundo de la realpolitik capitalista van por caminos divergentes…

FF: ¿Tienen razón sus críticos, a veces encarnizados, siempre llenos de pasión? 

GP: La razón de los encarnizados suele ser su rabia, poco más… Creo que más que una cuestión de razones, pues hay varias, es un problema de comprensión, de querer comprender al otro. Y para entenderle a Handke, hay que leer sus textos, hay que tratar de entender sus razonamientos, aunque sea para llevarle la contraria. Hay mucho que se puede objetar, criticar en la actitud de Handke en relación con esta causa, sobre todo su ingenuidad en este escenario mundial, pero el gran problema de esta polémica es que sus críticos parten de prejuicios, usan fragmentos de sus obras mal citadas, sacadas de contexto, interpretadas con alevosía, pre-construyen un discurso falso y tergiversado para autoafirmarse en sus suposiciones. Lo que hay detrás de todo aquello es, en realidad, lo poco que se sabe hasta hoy en día de la guerra de los Balcanes, de los juicios de La Haya, del papel que la OTAN [Organización del Tratado del Atlántico Norte], la “política internacional”, los medios de comunicación… jugaron en aquel conflicto que está lejos, pero muy lejos de resolverse. Y una parte de los actores han escenificado su propia guerra utilizando a Peter Handke.

 

Georg Pichler pronuncia la laudatio durante la ceremonia de investidura de Peter Handke el 24 de mayo de 2017 en la Universidad de Alcalá de Henares, España.
Georg Pichler pronuncia la laudatio durante la ceremonia de investidura de Peter Handke el 24 de mayo de 2017 en la Universidad de Alcalá de Henares, España.

 

Fue una experiencia muy agradable ya que Handke se tomó todo muy en serio, escribió un texto en castellano en honor a la lengua de algunos autores que habían tenido gran importancia para él.

FF: En 2017 la Universidad de Alcalá de Henares, a cuyo claustro perteneces, le concedió el título de Doctor Honoris Causa. Tú fuiste quien promovió la candidatura y leyó el laudatio previo a la entrega solemne del título. ¿Me puedes contar cómo fue aquella experiencia?

GP: Una amiga, Cecilia Dreymüller, que a la vez es una gran amiga de Handke, me comentó un día que sería deseable proponer a Handke para hacerle Doctor Honoris Causa de alguna universidad española. Era algo que yo también había pensado varias veces, ya que Handke es uno de los pocos autores en lengua alemana que se han ocupado de España, aunque la España que sale en sus textos –si he contado bien, son al menos 11 textos largos– no tiene mucho que ver con el país real ni con los tópicos. Así que se lo propuse al rector de la universidad que me contestó enseguida afirmativamente. Fue una experiencia muy agradable, ya que Handke se tomó todo muy en serio, escribió un texto en castellano en honor a la lengua de algunos autores que habían tenido gran importancia para él y que había leído descifrando sus textos en su español que al principio fue muy rudimentario: Cervantes, San Juan de la Cruz, Antonio Machado, María Zambrano. Me dijo que este breve discurso, escrito a mano en tres días, había sido uno de los textos que más le había costado. Bueno, tampoco hay que tomarle siempre en serio…

Él estuvo muy contento en Alcalá, le divirtió aquella ceremonia tan barroca, con su vestimenta, los obsequios, los guantes, el anillo, el certificado, y pasamos algunas noches charlando con amigos en un restaurante, acabando casi con sus existencias de vino blanco. Estaba muy relajado y, yendo en carro a Aranjuez donde se le nombró hijo predilecto de la ciudad, me contó sus aventuras en la Sierra de Gredos que había recorrido durante varios días, unas experiencias que después relataría con libertad poética en su novela La pérdida de la imagen o por la Sierra de Gredos. Mucho de lo que cuenta allí, hasta cosas bastante inverosímiles, se basan en experiencias del propio Handke. En fin, fue una alegría y un gran honor tener a Handke en Alcalá y tratarlo tan de cerca.

FF: ¿Podrías referirte más por extenso al pasaje de la obra de Handke al que aludiste en ese texto, en el cual aparece, al final de una pila inmensa de libros idénticos, un único ejemplar muy leído de El Quijote?

GP: Es un fragmento de la novela La pérdida de la imagen en la que la protagonista se acerca poco a poco a la Sierra de Gredos para cruzarla andando, en una especie de ralentización de su vida, ya que llega en avión a Valladolid –¡a Valladolid!–, después se traslada en carro, más tarde en autobús, luego monta sobre un burro para finalmente ir andando. En una de las paradas que hace en este camino, llega a una ciudad que es una especie de símbolo de la vileza del mundo, o, si se quiere emplear un término político que Handke nunca usaría, del capitalismo. En esta ciudad corrupta hay una librería en la que se apilan los bestsellers, montones enormes de los mismos libros, planta sobre planta en este supermercado de la literatura mercantil. Y solo arriba, muy arriba, en una red, y como olvidado, la protagonista encuentra un libro usado, un libro de verdad, en el que lee las palabras: “En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía…”, o sea, el inicio de El Quijote. Es la supervivencia de la literatura en medio del comercio, la salvación a través de la palabra, la poesía, para glosarlo con palabras que el propio Handke podría usar.

1 Cuando se efectuó la entrevista, no había aparecido la traducción, intitulada Siempre tormenta, que la editorial Casus Belli publicó en Madrid, 2019. [N. del E.]



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